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“La columna vertebral es el pilar sobre el cual el aparato locomotor realiza sus funciones fundamentales: bipedestación (capacidad de mantenerse erguido sobre las dos piernas), sostén del peso del cuerpo y movimiento. Está conformada por un sinnúmero de elementos que le ayudan a cumplir sus funciones: huesos, músculos, ligamentos y discos intervertebrales”, explica la reumatóloga Yanira Yinde.
Se sabe que el sobrepeso, la mala postura, los ejercicios bruscos y los traumatismos actúan sobre el eje del cuerpo. “También existen otras patologías más complejas sobre las que no tenemos control, como las protrusiones discales (mal llamadas hernias de disco), las deformidades de la columna como la escoliosis, las inflamaciones como la espondilitis o las fracturas por osteoporosis, que pueden ser muy dolorosas”, indica.
Las enfermedades reumatológicas que afectan a las mujeres jóvenes son, por lo general, de dos tipos: mecánicas o autoinmunes. Las de carácter mecánico afectan a nuestro sistema osteoartromuscular: huesos, articulaciones o músculos presentan algún desperfecto o daño que puede deberse a varios factores, como los traumatismos.
Existe otro grupo de enfermedades denominadas autoinmunes, cuyo origen o causa aún desconocemos. Son ejemplos la artritis reumatoidea, el lupus eritematoso sistémico y el síndrome de Sjögren, “que si bien no son habituales, pueden ser más graves y afectan preferentemente a las mujeres jóvenes”.
Otra causa muy frecuente de consulta en mujeres de todas las edades es la fibromialgia, donde el dolor corporal generalizado y la mala calidad de vida se relacionan con el estrés.
Modificar posturas y movimientos
“La buena postura es fundamental” para prevenir el dolor de columna en el caso de la cervical. Esto incluye el reposo durante el sueño, la utilización de almohadas bajas y duras, e incluso no usarlas. Mantener una postura correcta durante el trabajo con el cuello erguido, los hombros lo más atrás posible y el pecho saliente ayudan a disminuir los dolores musculares”, aconseja la médica.
Si se trabaja parado, lo ideal es el movimiento constante, evitar levantar cargas excesivas, tener periodos de descanso y mantener el peso ideal.
La reumatóloga agrega que el dolor de columna “requiere medicación específica –como analgésicos o relajantes musculares por periodos de tiempo variable–, el uso de ortesis (prótesis y dispositivos médicos para corregir problemas) o incluso cirugía, pero esto no es común”.
Relajar los músculos
La fisioterapeuta Patricia Gutiérrez señala que cuando hay dolor de espalda es usual que existan contracturas musculares; por eso, “una de las primeras terapias es relajar los músculos y mantener su movilidad, pues es sabido que dejarlos quietos empeoran los síntomas”.
Para relajar los músculos se hace termoterapia (aplicación de calor con fines terapéuticos con lámpara infrarroja, almohadilla térmica o radiofrecuencia). Las terapias manuales (masajes especializados) son otra alternativa.
Una vez superada la etapa aguda de dolor, “se recomienda al paciente trabajar los músculos del tórax y el abdomen para darle buen sostén y flexibilidad a la espalda. También se le enseña cómo proteger la columna de movimientos inadecuados para que este dolor no se repita”.
mirtha@abc.com.py