Cerro Corá: hoy, pero ayer...

Transcurridos 150 años de la finalización de la Guerra contra la Triple Alianza, vale la pena imponerse el tránsito por más de cuatrocientos kilómetros y seis horas en automóvil, para verificar el estado en que se encuentra el escenario de la última batalla. Venga con nosotros.

Cerro Corá: hoy, pero ayer...
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Uno de los sitios históricos más importantes de la República puede anticiparnos cómo se encuentran los demás, si es que fueran ubicados y se hicieran accesibles. El dictador Stroessner tuvo al menos la pretensión de algún respaldo histórico de su gestión en los hechos del pasado y, con ese propósito, realizó las pocas intervenciones que subsisten en este parque nacional. Esa fue su intención, pero como casi todo en ese tiempo: mal hecho y contraproducente.

En la democracia, sin embargo, se agravó la situación con el olvido y el desdén a los sitios históricos del Paraguay, sin que los portaestandartes de la libertad atinaran a comprender que el restablecimiento de la memoria colectiva era esencial para reubicar los valores de la convivencia ciudadana y combatir los errores del pasado.En ese sentido, Cerro Corá, “Altar de la Patria” pudo haber sido el espejo de la intención, pero siguió siendo la víctima. Van las imágenes y comentarios que sustentan esta presunción.

1/Cerro Corá desde arriba

Exhibe como una gran herida abierta, la pista de aterrizaje que hizo construir el general Stroessner para ahorrarse el “enorme esfuerzo” de desplazarse en automóvil desde Pedro Juan Caballero o Concepción. Fueron 12 hectáreas que en el resto de los años vieron desmoronarse sus contornos haciendo que el suelo disgregado no permitiera la recuperación del bosque y el enorme espacio solo sea lo que hoy se aprecia: una enorme cicatriz abierta en la selva.

2/Acceso

El último campamento del mariscal podría ser el equivalente paraguayo a la Estatua de la Libertad en Nueva York, al Altar de la Patria en Pichincha, Ecuador; o el Cristo del Corcovado en Río de Janeiro, entre otros. Pero como puede notarse, y pudiendo Cerro Corá generar tantos recursos como aquellos, ni siquiera pudo evitarse el descuido de la naturaleza, la suciedad, los cables y las columnas, a pesar del espléndido entorno que haría sombra a cualquier otro sitio histórico de cualquier otra parte.

3/El museo

Ya ingresados, una cuesta empedrada nos lleva al Museo y Refugio. Cuando nos enteramos de que solo cinco guardaparques cuidan la superficie de 5.500 hectáreas, comprendemos mejor algunas cosas. Porque estas personas deben estar atentas a la flora y la fauna, hacer de guías turísticos, conservar el material guardado en el museo, combatir a depredadores humanos y cazadores furtivos (también humanos), además de limpiar y recoger la basura que dejan los turistas.

El museo cuenta con suficiente espacio y comodidades que incluyen hasta alojamientos para visitantes. Pero como en materia científica y como sucede en algunos otros museos del Paraguay, allí se depositó lo que “se encontró” o fue donado. Ya fuera una expresión artística, un objeto paleontólogico, arqueológico, curiosidades de la naturaleza o material histórico sin un orden temático ni material informativo de apoyo. Lo gráfico está desfasado en datos y, en algunos casos, ha sido desactualizado por otros estudios y hallazgos.

4/El sitio de la Mayoría

Casi todos los sitios históricos del parque fueron señalados en el siglo anterior por personas que dijeron haber sido informados por “testigos presenciales” de los hechos del 1 de marzo. Una confrontación de todos los datos disponibles y una profunda investigación en el sitio, separará “la verdad de la fantasía”, como en muchos otros sucesos de la historia paraguaya. El monumento de la imagen se elevó en el espacio que habría sido el Cuartel General, o la Mayoría. Cuatro placas representan las campañas; otras cinco elevaciones refieren la participación de los distintos componentes armados en la guerra. En el monumento no hay guardias, no hay protocolos oficiales más que la presencia del Jefe de Estado. No más de una hora en el lugar, una vez al año, si es que no fuera cambiada la fecha histórica para convertirla en “un feriado largo”.

5/Espacio ceremonial y pista de aterrizaje

En el medio, la inaudita pista de aterrizaje, completamente inútil en la actualidad después de haber inutilizado la unidad del espacio y el bosque. La avenida que conduce adonde fue enterrado López se encuentra atrás; y enfrente, otro camino empedrado lleva al sitio donde fuera ultimado.

6/Donde murió Panchito

Invadido el campamento por la caballería brasileña, López ordenó que Panchito fuera a cuidar a su madre y hermanitos. Una vez allí y montado “en un caballo flacón”, el muchacho fue intimado por un grupo de brasileños a caballo. A pesar de los gritos de Elisa Lynch exhortándole a que se rindiera, el hijo de López exclamó: “Un coronel paraguayo no se rinde”. Entonces fue ultimado a balazos por el coronel Francisco Martins.

Esta placa marca el sitio donde habría estado la carreta de Elisa y sus hijos Enrique Venancio de once años, Federico Morgan Lloyd con diez recién cumplidos, Carlos Honorio con ocho, y el pequeño y enfermizo Leopoldo que cumpliría tres años en el siguiente julio.

7/A orillas del Aquidabán Nigüí

Se señala el sitio donde el mariscal fue asesinado. Había quedado allí "... sostenido por una palma derribada que encontramos allí se cruzaba un ángulo del arroyo (...) cuando el general Cámara apareció dando la voz de: ¡Alto el fuego!”.

El mismo jefe brasileño continúa el anterior relato del coronel Silvestre Aveiro: “... En esta posición lo encontré, cuando a pie seguí sus huellas. Le intimé se rindiera y me entregara su espada, que yo le garantizaba los restos de su vida. Por contestación me alargó una estocada. Entonces mandé que un soldado lo desarmase, lo que fue ejecutado al mismo tiempo que exhalaba el último suspiro”.

A pesar de esta afirmación, lo que en realidad Cámara ordenó a sus hombres fue: “Maten a ese hombre” para que uno de ellos se aproximara y descerrajara un tiro de rifle a quemarropa, directo al corazón. Lo afirmó el señor Rodolfo Alurralde,

“... caballero argentino de familia principal de Tucumán, que acompañó a la división brasilera como empleado superior de la proveeduría, testigo presencial de los hechos en aquel memorable día”, según versión recogida por Juan Silvano Godoi.

8/Donde fue inhumado el mariscal

A 40 pasos de un añoso kuruñáĨ fue la indicación para ubicar los restos de López y su hijo Panchito. De allí serían trasladados al Panteón Nacional de los Héroes, el 12 de octubre de 1936, durante el efímero gobierno del coronel Rafael Franco. La cruz de macizo hierro que marcaba este sitio, como la que estaba en la tumba de Panchito, fueron confeccionadas por el herrero concepcionero don Natalio Medina, quien acompañó como chofer, la expedición de búsqueda de los huesos del mariscal.

Alguna vez aprenderemos los paraguayos que la mejor manera de honrar la memoria histórica, es NO TOCAR NADA... para que al menos tengamos la posibilidad de comprender cómo fueron las cosas. En vez de que se nos impongan las aparatosas muestras del mal gusto con que los dueños del poder quieren pasar a la historia.

[el dato]

El Parque Nacional Cerro Corá está ubicado a 494 km de Asunción y a 40 km de Pedro Juan Caballero.

jorgerubiani@gmail.com

Fotos: ABC Color/Sergio Valdez/Javier Cabañas/Mario Mereles.

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