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La charla estará a cargo del sicólogo organizacional y doctor en Filosofía, Guillermo Echegaray, quién propondrá ejercicios sistémicos que ayudarán a descubrir el fin de cada actividad laboral y qué se está contribuyendo a crear. Los contenidos estarán basados en las nuevas constelaciones estructurales y organizacionales, la Teoría U, los trabajos terapéuticos de Arnold Mindell y Mike Boxhall, las propuestas organizacionales de Frederic Laloux, entre otros.
¿Que son las constelaciones organizacionales? Son herramientas que permiten conocer las dinámicas de una organización para tratar de comprenderlas y corregirlas. Consiste en visualizar conflictos a través de símbolos o personas que representan los elementos del problema. Esta terapia estimula a los participantes para que puedan observar lo que sucede en el interior de sus empresas u organizaciones desde un punto de vista global.
El propósito es ayudar a potenciar las virtudes personales de los colaboradores. También se aplican en la resolución de problemas individuales, es decir, quedarse o salir de la empresa, encontrar un buen lugar de organización, decisiones, conflictos, objetivos, encontrar el equilibrio dentro y fuera de la oficina, entre otros.
El sicólogo organizacional lo que hará es proponer ejercicios sistemáticos que ayudarán a descubrir el fin de lo que uno hace y cómo contribuye para crear.
¿Qué tan efectivas son las estrategias cuando el verdadero cambio está en la persona? Echegaray responde que cuando la persona está dispuesta al cambio, las estrategias funcionan. Si no lo está, es muy difícil que ninguna funcione. Los cambios no son magia.
Sobre el taller enfatiza que es una metodología que consiste en representar las situaciones que son problema para encontrar claves de solución a las que muchas veces estamos ciegos.
Se sabe que la clave para el éxito de una empresa son los recursos humanos. Para potenciar la conciencia de generar un ambiente laboral ameno, Echegaray afirma que hay que entender las causas invisibles que producen toxicidad en un ambiente laboral o la manera en que utilizan esas ansias de poder desmedidas, que también es legítimo siempre y cuando sea de una manera provechosa. “La ambición y el deseo de mejora y crecimiento es bueno, la ambición desmedida es la que crea problemas”.
Felizmente, se percibe un cambio de mentalidad en las empresas, un mayor interés en ambientes más humanos e integradores. ¿Cree que el cambio es a largo plazo? “De lo que cada vez nos damos más cuenta es que el trabajo, al que le dedicamos por lo menos un tercio de nuestra vida, no puede ser un espacio que no fomente la felicidad de las personas. Cada vez más se precisa que el trabajo esté más acorde con el resto de nuestra vida. Los millennials saben mucho de todo esto: no les basta con tener un trabajo con un buen sueldo. Ellos quieren que trabajo y felicidad vayan de la mano”.
Acerca de los cambios internos que deben hacerse para lograr la armonía laboral, el sicólogo organizacional expresa que los cambios pueden venir por todas partes. “En mi experiencia en el 70% u 80%, la evolución tiene que ver con desarrollo del liderazgo. Un buen líder posibilita que la empresa evolucione”.
Al contratar un empleado, ¿qué aspectos prioritarios hay que considerar? “¡Uf! ¡Tantas cosas! Me inclinaría a pensar que se trata de que sus competencias estén adaptadas al puesto que tiene que desarrollar. Y, hoy por hoy, una cualidad básica es la inteligencia emocional”.
Por otro lado, tiene que haber un equilibrio entre el dar y recibir. ¿Se recompensa a la persona por su trabajo, en términos económicos o de otra manera? Para el experto, el aspecto económico es, en general, la manera como conseguimos lograr el equilibrio entre el dar y el recibir en el mundo profesional. Pero también hay otros aspectos: el reconocimiento, la capacidad de promoción, el percibir que se está trabajando en una empresa que tiene unos valores, un propósito, el ambiente laboral. “Aunque el factor económico es de los más importantes, muchas veces nos sentimos en equilibrio cuando encontramos recompensa en esas otras dimensiones”.
El nombre Empresas con alma, constelaciones, suena ideal. ¡A hacer realidad!, ¿no? “Efectivamente, a aprender que las empresas también tienen alma y que una empresa con alma y propósito tiene un valor diferencial que también se traduce en buenos resultados y beneficios”.
ndure@abc.com.py
Foto: Gentileza.