Que las hormigas ya no tomen por tontas ni haraganas a las cigarras (Cicadidae). Se matan cantando, literalmente. Cantar implica un gran esfuerzo para estos insectos que alegran nuestros veranos, aunque en forma muy efímera. Apenas viven una o dos semanas sobre la faz de la tierra, despertando todo tipo de creencias populares y mitos.
En el interior, la gente sostiene que cuando las cigarras empiezan a cantar es porque ya están maduras las sandías y, cuando desaparecen, es porque ya estamos en carnaval.
“Es parte del conocimiento popular, tal vez un mito, pero tiene algo de cierto, justamente porque el verano es el ciclo natural de las cigarras”, sostiene Bolívar Garcete Barret (43), entomólogo que ha realizado estudios sobre estos seres vivos en el Museo de Historia Natural del Paraguay, donde trabaja y realiza su clasificación.
Es muy poco todavía lo que se conoce a nivel mundial de la familia de los cicádidos y mucho menos aún en Paraguay. ¿Qué es lo que sabemos de las cigarras? En primer lugar, el bicho tal cual lo vemos volando y cantando en verano tiene una vida muy corta: una semana, dos o un mes como máximo cuando sale de la tierra solo para reproducirse.
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“Las cigarras comen muy poco o casi nada, dependiendo de la especie. El que canta (o estridula) es solamente el macho para atraer a la hembra. Una vez que copula, la hembra que posee un aparato ovipositor parecido a un pequeño sable clava las ramas de los árboles dejando allí los huevos”.
Esos huevos –sigue explicando Garcete– se desarrollan muy rápidamente siempre y cuando haya agua disponible. Las lluvias les favorecen porque la planta absorbe mucho líquido, hidrata los huevos y hace que las larvas se desarrollen a toda prisa. Al salir, bajan de las ramas hasta el suelo donde hacen un túnel y se introducen para pasar allí de entre dos a cuatro años, incluso seis o siete, en el caso de especies sudamericanas. Bajo tierra se alimentan de la savia que obtienen de las raíces de los vegetales.
Especies en Paraguay
En Paraguay se habla de unas 20 especies de cigarras. En el caso de la Quesada gigas, que es la más común y grande que conocemos, tiene un ciclo de casi dos años, un año y nueve meses bajo tierra para ser precisos. Las larvas salen del huevo y entran bajo tierra entre noviembre y diciembre para desarrollarse; al cabo de ese tiempo, es decir, casi dos años después aparecen entre setiembre a noviembre para reproducirse.
Cuando la oruga sale de nuevo a la superficie trepa las ramas, donde sufre la última muda para transformarse en adulto dejando la piel y el cascarón que conocemos como ñakyrã pire.
Apenas tarda unas horas en romperse la línea más débil que tiene esa larva en la espalda para que salga un adulto blanquecino, despliega sus alas y adquiere todo el esplendor de su color.
Nuestros ancestros creían que dándole de beber al niño agua con el cascarón de la cigarra lo ayudaría a expresarse mejor, hablar bien y quizás cantar... un mito popular que sigue vigente en el interior.
Cuando hallamos cigarras muy pequeñas es porque son de otra especie. Es que, en el caso de los insectos, la mejor forma de reconocer un adulto es por las alas. “Hay un solo orden de insectos que llega a preadulto con alas y son las efímeras. El resto, incluyendo las cigarras, al tener alas son adultos por más diminutos que sean”, aclara Bolívar Garcete.
Una especie muy colorida avistada en Itapúa es la Carineta diardi, cuyas alas se parecen a las de una mariposa. El resto de las especies aún falta reconocer y clasificar.
Cantar, esfuerzo sobreanimal
Se cree que las cigarras macho, luego de cantar y cantar para atraer a la hembra, copulan y mueren, pero esto es materia de estudio por la ciencia aún. Tal vez, el esfuerzo de cantar intensamente implique un agotamiento extremo que con la copulación los lleva a morir.
Garcete describe que para su estridulación (así se llama su canto), las cigarras tienen una serie de membranas en el abdomen relacionadas con el aparato respiratorio. Se trata de un sistema de tráqueas con varias entradas de aire en el cuerpo que se ven como unos tubitos que van engrosando hasta formar unos sacos aéreos, con lo cual todo el abdomen del insecto hace de caja de resonancia. Por fuera cuenta con una suerte de tímpanos, descubiertos en algunas especies y tapados en otras. Cuando la cigarra canta, levanta el abdomen, se le va tensando la membrana y los tímpanos empiezan a vibrar. Cuanto más tenso, más alto es el volumen, lo que produce mayor vibración como si fuera un tambor. El sonido se puede escuchar a dos kilómetros de distancia.
Otra peculiaridad que tienen las cigarras es orinar bastante. Es por eso que muchas veces se sienten gotas que nos caen desde la rama de los árboles sin que llueva. La savia de las plantas es un alimento que está muy diluido y las cigarras deben llenarse bastante para obtener los nutrientes. Para ello tienen como una cámara filtro que deja el alimento en el estómago y eliminan el exceso de agua y azúcar soltándolos bien lejos para evitar que las hormigas se les acerquen, uno de sus predadores.
Las cigarras forman parte de la cadena alimenticia de otros animales, sobre todo de las aves que siempre las tratan de pescar al vuelo, por eso se pasan de rama en rama para esconderse y mimetizarse ante el peligro de terminar en un interesante bocado.
Raras especies
Muchos insectos tienen su pico poblacional en verano porque el calor y las lluvias propician su desarrollo. En países donde las estaciones son bien marcadas hay variedades de ciclos muy diferentes. En Estados Unidos, por ejemplo, existen dos especies de cigarras periódicas: una de ellas vive 17 años bajo tierra y, la otra, 15 años. Estas no salen cada temporada, sino aparecen todas juntas, se reproducen, nacen las larvas, entran bajo tierra y no se las ve durante los próximos 15 o 17 años ¡en que afloran de nuevo!
Las cigarras están extendidas a nivel mundial y uno de los mayores investigadores que tuvieron a lo largo de la historia fue William Lucas Distant, que a fines del siglo XIX y comienzos del XX publicó varios trabajos basado en las colecciones del Museo de Londres. Es el referente en esta familia de insectos.
En Sudamérica, en la actualidad, no hay expertos en cigarras, pero sí en los Estados Unidos hay uno, Allen Sanborn, quien cada tanto publica catálogos de los países, incluyendo Paraguay.
Siempre protagonistas
Las cigarras forman parte de la vida de las personas. Aparte de la fábula están en otras manifestaciones de la literatura, la música y la poesía. No faltan en los libros de primaria y los recuerdos de infancia.
La historiadora Ana Barreto afirma que las cigarras “son los insectos más significativos en mi vida; además de ser el sonido de referencia del verano y las vacaciones más aferradas a los recuerdos que dejó mi niñez, cuando estaba bajo tratamiento médico contra el cáncer y mi aspecto físico era radicalmente diferente, pasé unas semanas entre las fiestas de fin de año y los primeros días de enero en el Paraguay con mis hijos (el tratamiento lo seguía en São Paulo, Brasil) y fuimos a nuestra casa de Piribebuy. Claro que por la condición física que tenía no había vuelto a esa casa durante casi todo el 2013, entonces ese verano, que para mí estaba cargado de muchas esperanzas, se presentó con el canto fuerte de las cigarras, a la que hasta ese momento no había prestado atención en detalle”.
Ana vio en ellas una oportunidad de distracción y escape. “Me vi realmente en ellas, cambiando de piel, de carcasa, de estampa. Cantando al sol, a la luz, organicé un juego con mis hijos (metafóricamente, las cigarras eran ideales para contarles el paso que estaba haciendo mamá): el “campeonato de cigarras”, que consistía en juntar todas las mudas de cigarras en ramas, hojas y árboles durante una hora. Fue muy divertido. Hasta hoy lo hacemos y hasta hoy pienso en ellas y su metáfora de vida y las disfruto muchísimo”.
[el dato]
Se cree que en Sudamérica hay 800 especies de cigarras, pero solo radican 20 en Paraguay. Estas cifras podrían no ser muy precisas porque la dificultad de la entomología está en el largo periodo de estudio que requieren los insectos.
Fotos: ABC Color/Silvio Rojas/Gentileza.
