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Todas las mujeres, en algún momento de sus vidas, han sufrido algún tipo de violencia. La idea de que la violencia implica solo golpes, en la mayoría de los casos, no es así. Esta no empieza siendo física, sino que muchas veces comienza a mostrarse poco a poco y en formas que pasan casi inadvertidas. Se caracteriza por la emisión de mensajes, íconos o signos que transmiten, reproducen y justifican relaciones de dominación, desigualdad y discriminación contra las mujeres en la sociedad.
En este tipo de violencia, el dominador ejerce una forma de violencia indirecta y no físicamente directa sobre la persona dominada. Es una violencia muy normalizada en la sociedad por los usos y las costumbres. Creemos que las cosas siempre fueron así, que no se pueden cambiar y que seguirán así. Se expresa de distintas formas, entre ellas, el control económico, de la sociabilidad, movilidad, menosprecio moral, estético, sexual, descalificación intelectual y profesional. Se ejerce a través de la publicidad, las letras de las canciones, los dichos y refraneros populares, los videojuegos, las telenovelas, las caricaturas, los chistes, los memes, entre otros.
En la pareja, hay agresiones cotidianas muchas veces imperceptibles, como revisar celulares y redes, hablar mal de sus amigas o su familia, pedir no usar determinada ropa o humillar con expresiones peyorativas, hasta que la violencia puede pasar a ser física y, después, es demasiado tarde.
Esta realidad ha movilizado a Mel Vega, de Femi Unidas Paraguay, y otras mujeres de diferentes articulaciones a unirse como miembros de la sociedad civil y colaborar con su fuerza, conocimientos y tiempo con los organismos del Estado en un proyecto que la abogada Lucía Saldoval bautizó Tu silencio no te protege. “Es un trabajo en conjunto que involucra a mujeres de diferentes corrientes ideológicas, políticas y posturas filosóficas, pero que nos une en este llamado para luchar por los derechos de la mujer y participar activamente en la prevención de los feminicidios”, explica.
Desde la ropa hasta los chistes
En la ley 5777/16 De protección integral a las mujeres contra toda forma de violencia, están definidos los tipos de violencia, aunque Mel advierte que todavía faltan algunos y que otros, como la violencia simbólica, no tienen precedente jurídico. “Es decir, nadie todavía fue a juicio, tuvo sanción o castigo por ejercer este tipo de violencia”, refiere. De momento se puede denunciar, pero aún no tiene sanción penal, con excepción del feminicidio.
Mel menciona algunos tipos de violencia simbólica que padecen las mujeres, en nuestro medio, todos los días. Por ejemplo, al momento de comprar ropa no hay talles para todos los tipos de cuerpos en las tiendas. “Debería haber una reglamentación que obligue a las marcas a fabricar ropa con talles para una mujer real y común”, señala.
¿Cómo impacta todo eso sicológicamente en la mujer? Vivimos en una sociedad que obliga a las mujeres a seguir un estándar de delgadez, sin tener en cuenta los problemas de obesidad y los hábitos alimenticios nocivos. “No existen campañas de alimentación saludable y para estar delgadas muchas mujeres recurren a dietas e, incluso, se vuelven anoréxicas o bulímicas”.
Otra forma simbólica naturalizada de este tipo de violencia son los chistes. Las bromas, generalmente, utilizan expresiones estereotipadas en guaraní. “Aparte de que los chistes en guaraní hieren mucho más, siempre están sexualizando a la mujer. Hacen énfasis en nuestro goce y humor, cercenando nuestra libertad. Por ejemplo, cuando una mujer está muy seria dicen: ndoligái. Pero para el hombre se usan expresiones que exaltan su virilidad”.
En los medios de comunicación
La violencia simbólica es cotidiana en los medios de comunicación, pero pasa desapercibida. La vemos en un programa de televisión, cuando la cámara hace un primer plano de la minifalda o de los glúteos de la modelo, o cuando en la tanda publicitaria la mujer es representada como un objeto de conquista para el varón o como la única responsable de las tareas del hogar y la crianza de los hijos.
Además, en los avisos publicitarios, el parámetro que predomina es la belleza física o el cuerpo ideal. “Existe un prototipo hegemónico al que hay que llegar y cumplir, y si no estás acorde, te subestiman. Aparte del estereotipo de los ojos, la piel y el cabello, está el peso”, destaca Mel.
También menciona una atávica costumbre: romantizar la maternidad, como única manera de realización de la mujer. “Escuchar la expresión ‘madre luchona’ me enferma. Así como también que la paraguaya tiene que sufrir, ser la eterna residenta; la que debe tener hijos y ser feliz por tenerlos”.
El impacto negativo social y el daño sicológico de la violencia simbólica en las mujeres son enormes, pero la inversión en el área de salud mental –para abordar el tema, identificar que estamos siendo víctimas y encontrar herramientas para poder superar esa realidad– es mínima.
“Todo ese cúmulo de información negativa sobre nuestra persona, sobre lo que somos y tendríamos que ser se traduce en la falta de rendimiento y desarrollo personal de cada una de las mujeres”, agrega Mel. Este tipo de violencia es uno de los más difíciles de erradicar, porque está muy naturalizado. Combatirlo exige una conciencia mayor de las mujeres que la padecen y un cambio de mentalidad en todos. De lo contrario, todo seguirá igual.
Línea SOS
Para denunciar casos de violencia contra la mujer existe la línea SOS Mujer 137, un número al que se puede llamar desde cualquier línea baja o teléfono celular, las 24 h, cualquier día de la semana.
Las Mariposas
Cada 25 de noviembre se conmemora el Día contra la Violencia de Género en Latinoamérica desde 1981. Los movimientos feministas de la región, con una de las tasas más altas de violencia contra la mujer, adoptaron esa fecha para recordar a las dominicanas Minerva, Patria y María Teresa Mirabal, tres hermanas conocidas como Las Mariposas, que fueron asesinadas el 25 de noviembre de 1960 por orden del dictador Rafael Leónidas Trujillo, del que eran opositoras. Años más tarde, en 1999, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se sumó a la jornada reivindicativa y declaró cada 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, en honor de las hermanas Mirabal. Ese día se realizan diferentes tipos de manifestaciones, como marchas, obras de teatro y conciertos.
Cifras que duelen
Hasta el 20 de noviembre de este año se registraron los siguientes datos sobre el feminicidio en Paraguay:
Víctimas: 32.
Tentativas: 55.
El mayor porcentaje de víctimas tenía entre 21 y 30 años.
El lugar donde se produce la mayoría de los casos es en la vivienda de la víctima o en la que compartía con su agresor.
Central es el departamento que registra más casos. *
Denuncias por violencia doméstica: 100 por día. Aumenta a 200 los fines de semana. **
* Observatorio de la Mujer dependiente del Ministerio de la Mujer.
** Policía Nacional.
mpalacios@abc.com.py • Fotos ABC Color/Arcenio Acuña.