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En el Parque Azulgrana todo es algarabía, mucha gente recorre los cuatro bloques construidos y enfocados a la atención, cuidado y entrenamiento de los chicos que allí se forman. Los atletas serán pulidos como diamantes, empezando por la nutrición, la salud odontológica, la fisioterapia hasta lo más innovador: el programa “Cerro lee”. Uno de los más eufóricos es el arquitecto Víctor González Acosta, presidente de la Fundación Club Cerro Porteño, quien ya tiene una biblioteca armada con 400 libros donados, comenta Matías Sánchez, gerente de marketing de Servilibro, y otros 50 donados por Fondec y El Cabildo. Miembros del círculo de escritores enseñarán a los chicos a leer, porque una cosa es leer y otra es “saber leer”, según Víctor. Son unos 1000 chicos procedentes de lugares tan lejanos como Yby Yaú, San Pedro, Caazapá, Itapúa, de hogares muy humildes. De ellos, 54 quedan hospedados en el complejo. El problema lo dividen en lo que concierne al niño, un 10 %, y el gran problema que representa su entorno: una familia sumida en la pobreza y la falta de trabajo, que es el 90 %.
La gestión de la fundación es posible gracias a lo que inició el año pasado el expresidente del club Juan José Zapag e impulsa ahora el actual directivo, Raúl Zapag. En alianza trabaja la Fundación Paraguaya, una organización de la sociedad civil que a través de una encuesta detectó que muchos de estos chicos vienen de hogares en los que no hay agua potable.
Luis Fernando Sanabria propone el “Semáforo de eliminación de pobreza”, que permite observar que “un 13 % de los chicos de las formativas son de pobreza extrema. Porque ser pobre no es solo plata; pobreza es no tener agua potable, no tener baño ni tener título de la casa. Los jóvenes jugadores que entrenan en el Parque Azulgrana son aún más pobres de la línea de pobreza que conocemos; un 47 % son de áreas urbanas y 53 %, de áreas rurales. Solo el 20 % de sus familias ahorran, mientras que el resto no tiene acceso al crédito ni la capacidad de disponer de la basura, vive en ambientes poluidos y tiene problemas de salud bucodental. El universo estudiado está compuesto por 53 jugadores de las formativas y sus respectivas familias”, expresa Luis Fernando.
Los chicos que están en Azulgrana Róga tienen habitaciones equipadas como en un hotel, con muebles hechos por carpinteros paraguayos, con sala de cine, área de juegos, y vitrinas con sus trofeos y copas ganadas. En las paredes se leen mensajes motivadores, en un ambiente de primer nivel que les hará soñar con un futuro distinto.
No a la adicción
La Secretaría Nacional Antidrogas (Senad), encabezada por el ministro Arnaldo Giuzzio, trabaja en el Parque Azulgrana con su programa de prevención bajo el lema: “Sí a la pasión, no a la adicción”. Esto que hoy es crucial en la vida de nuestros niños y adolescentes se une con otros objetivos. El arquitecto Víctor refiere que es muy lindo lo que vamos a ver, ya que para desarrollar el ejercicio de la lectura en la mente de estos jóvenes, tenemos el ajedrez; la manera más eficiente de desarrollar la capacidad de pensar. “Nos enfocamos más allá del fútbol; en la persona, el desarrollo integral de ese chico, porque el fútbol es la excusa. Serán autosuficientes. Trabajaremos en su autoestima, su capacidad de aprender, el desarrollo de capital humano. Nuestro objetivo es el fútbol sin pobreza”, enfatiza.
Capacitación
El Sistema Nacional de Formación y Capacitación Laboral (Sinafocal) se encarga de la capacitación de estos muchachos, de modo que si el joven no termina como jugador de Primera, tenga oficios varios, electricidad, carpintería y, también, hable inglés.
Equipos de primera
En los bloques proyectados por el arquitecto César Aquino hay vestuarios, gimnasio, áreas de fisioterapia, sala técnica, equipos de última generación. Junto a una de las canchas con gradería está el área de salud, con desfibrilador para tratar ataques cardíacos y láser para aliviar el dolor. Los responsables son los doctores Carlos Domínguez y Marcos Meza, los fisioterapeutas Pascual “Perico” Pérez, exjugador de Cerro Porteño; Emerson “Chompi” Pérez y el licenciado Rodney Malvertti. Hay cerca de 60 personas trabajando, entre preparadores físicos, entrenadores, funcionarios y un papá guasu: César Servín, con una experiencia de más de 20 años y es quien cuidará a los jóvenes.
El presidente de Cerro Porteño, Raúl Zapag, opina que “todo esto es trabajar para el futuro y transformar el país, no solo el fútbol. Es el Cerro solidario que queremos empezar a construir, la voz y noticia de lo lindo que estamos haciendo aquí, la apuesta de Cerro por profesionalizar y humanizar a través del deporte. Es un orgullo que queremos compartir y así conquistar a más cerristas, personas que quieren apostar por mejorar la calidad de vida de nuestras familias paraguayas. El compromiso tiene que redoblarse para darle respuestas a una minoría importante. La intención del Parque Azulgrana es ayudar de manera eficiente”, culmina.
Es un sueño que se cumple hoy en 18 ha de parque, pero los directivos van por más: el chico que entra aquí, con el sueño de convertirse en estrella de fútbol, tendrá muchas oportunidades. Algunos alcanzarán sus metas y otros saldrán de aquí con un oficio, hablarán inglés, habrán leído libros y podrán salir de la pobreza. No es fácil, pero para un cerrista este es un partido ganado.
Cerrista Inmortal
El eslogan de uno los programas con mucho éxito es “Cerrista Inmortal”. El arquitecto Víctor González Acosta describe a la campaña diciendo que “apunta a que los cerristas nos inscribamos como donadores de órganos”, lo cual aparece en el carnet de socio. “Hoy somos parte de la organización de la sociedad civil con mayor cantidad de donantes”, dice muy feliz.
• Fotos ABC Color/Roberto Zarza.