Según feminista, mujeres deben saber negociar cuotas de poder

Admira a la mujer sencilla del Mercado 4. Porque con una sonrisa forja el porvenir de su familia. Así afirma la abogada y feminista Clara Rosa Gagliardone (64), quien desde hace más de 30 años se dedica a defender los derechos de la mujer. Sostiene que el sector femenino debe aprender a negociar en los diferentes ámbitos del poder, para tener una sociedad más equitativa.

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“Hace más de 30 años que me hizo replantearme lo tradicional que aprendí y viví sobre el rol de la mujer y la familia. Fue cuando empecé a leer ‘El Segundo Sexo’, de la francesa Simone Beauvoir”, manifestó durante la entrevista Clara Rosa Gagliardone y precisó que además la influencia de amigas con las mismas inquietudes hicieron que se dedique de lleno en la defensa de los derechos de la mujer, por lo que muchas veces la tildan de fanática y exagerada.

Clara Rosa que es madre de dos hijos casados, sostiene que la lucha por los derechos de las mujeres debe continuar, pese a las trabas y dificultades, pero esa lucha debe comenzar por el cambio de una misma.

“No podemos las mujeres pretender cambiar, ni siquiera nuestro entorno, si nosotras no replanteamos lo que hacemos. Cuesta mucho tener coherencia. Porque cuando esos actos que rechazamos se dan dentro de nuestra familia más íntima, tendemos a justificarlos, a explicarlos, y darle la razón a una actitud violenta, arbitraria. En síntesis, machista. La violencia y la arbitrariedad son sinónimos de machismo”, significó.

–¿Puede indicar los avances de los derechos de las mujeres en el Paraguay?

–Creo que el gran avance es la Constitución Nacional, que es la base para exigir las reivindicaciones que hasta hoy no son reconocidas. Porque en el Art. 48 establece la igualdad entre el hombre y la mujer, en todos los aspectos.

–Y las materias pendientes, ¿cuáles son?

–Según la Organización Panamericana de la Salud y la Cepal, Paraguay tiene la más alta tasa de mortalidad materna por embarazo, parto y puerperio en América Latina. Va en aumento el embarazo precoz de niñas inclusive de 10 años que son de alto riesgo. Se prohíbe en las escuelas hablar de salud sexual y reproductiva, no se habla del aborto como un problema social, real y de vida de las mujeres, ni aún en los casos de violación. Además, las mujeres reciben sueldos inferiores por igual trabajo, teniendo más obligaciones. El 74 por ciento de los hijos que fueron inscriptos el año pasado en el Registro Civil son extramatrimoniales, lo que implica más obligaciones para esas mujeres, que son cabeza de hogar.

–Hay una mínima participación de mujeres en política, ¿por qué?

–La poca participación de las mujeres en las listas de todos los partidos políticos de nuestro país, en las cámaras de Diputados y Senadores, es una realidad. Ellas son desplazadas de los lugares en donde tendrían acceso, por los amigos o por motivos económicos. Por eso es importante la modificación del Código Electoral en este sentido. Tenemos que exigir la inclusión de las mujeres en las listas, desde el primer lugar, en forma alternada, de modo que sea visible la presencia de ese 50 por ciento de electoras que constituye el padrón electoral. La pirámide sigue invertida, con una amplia base de mujeres, y a medida que uno se acerca a la cúspide ellas van desapareciendo, en los cargos de poder. Por si todo fuera poco, ningún candidato promete en sus campañas un 50 por ciento de mujeres en los ministerios y en los entes descentralizados.

–¿Qué falta aprender para que haya mayor igualdad en todos los campos?

–Creo que tenemos que aprender a negociar. A ser solidarias entre las mujeres. Criticar sin ofender y participar sin dejar el espacio de discusión, que es lo que en realidad interesa. Lastimosamente las mujeres trabajan en compartimentos estancos. En vez de ampliar los objetivos reales de lucha, se privilegia el grupismo.

–A quién admirás entre las mujeres.

–A todas en general, pero en especial a las mujeres sencillas del país. A las vendedoras del Mercado 4 admiro profundamente porque me inyectan una fuerza incomparable. A las mujeres que venden yuyos, frutas, a las que se ganan la vida en condiciones tan difíciles, sin perder su sonrisa y su amabilidad.

Admiro a las mujeres cotidianas que cumplen con sus obligaciones y hacen mucho más allá de lo imposible por “parar la olla” todos los días, superando todo tipo de dificultades.

–¿Cuál es su filosofía de vida?

–Mi filosofía es ser feliz todos los días. Buscar la alegría de vivir dentro de mí mismo, porque eso no se encuentra afuera.

–¿En qué estás abocada actualmente?

–Estoy escribiendo mi libro sobre “Filiación e impunidad”, legislación y jurisprudencia paraguaya. Que quiero presentar con mi hijo Alejandro.

–¿Cuántos años trabajó en la Fundación Kuña Aty?

–Trabajé durante 30 años. Las diferencias políticas ante la paternidad del expresidente Lugo me obligaron a un alejamiento de la fundación. Ahora estoy abocada a mi trabajo profesional jurídico, como abogada y escribiendo mi libro, muy entusiasmada.

–¿Puede darnos un anticipo de su libro?

–Es horrible la cantidad de hombres que abandonan a sus hijos. Por eso quiero que el libro se titule: “Huérfanos de padres vivos”. Porque no estar reconocidos y no recibir alimentos implica ser huérfano de padres vivos que desconocen sus obligaciones. Tenemos el ejemplo de un exmandatario, Fernando Lugo, que su negación a practicar las pruebas de sangre en todos los países del mundo presupone su paternidad. Es increíble que personas como él sean líderes, porque son repugnantes.

–¿Está de acuerdo con la fecha de celebración del Día de la Mujer Paraguaya?

–No quiero que el 24 de febrero (fecha en que Las Residentas entregaron sus joyas para ayudar económicamente a la defensa del Paraguay en la Guerra contra la Triple Alianza) sea un día de reflexión sobre el lugar de la mujer en el Paraguay. Me gustaría que sea una fecha de reivindicación, de movilización, de presencia de las mujeres para que sirva la fecha para el presente y el futuro, y no solamente que sea un día de homenajes mentirosos, como lo es actualmente.

–¿Por qué mentiroso?

–Cuando donás tus joyas y bienes más costosos, estás donando para la muerte si es para la guerra. Yo quiero que las mujeres sean un símbolo de vida, no solamente por ser reproductoras de la especie humana, sino que sea notoria nuestra incidencia y protagonismo en todos los aspectos de la vida.

“Cuesta mucho tener coherencia. Porque cuando esos actos que rechazamos se dan dentro de nuestra familia más íntima, tendemos a justificarlos, a explicarlos, y darle la razón a una actitud violenta y arbitraria”.

eolmedo@abc.com.py

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