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Ante el altar de la iglesia San José se juraron amor María Bethania Lichi Núñez y Miguel Ángel Bernardes Soljancic, en el marco de una ceremonia acompañada por familiares y amigos de los novios. Rosas, gipsófilas y follajes adornaron el templo.
Fueron padrinos de boda: Miguel Ángel Bernardes y Danisa Soljancic; Antonio Lichi Battilana y Fátima Núñez de Lichi.
Radiante, la novia ingresó al recinto religioso del brazo de su padre, como dicta la tradición. El grupo Paréntesis ambientó la ceremonia con románticas canciones.
María Bethania lució radiante, para lo cual eligió una creación romántica de Alba Franco, confeccionada con guipure bordado con encajes. El tocado consistió en un detalle importante hecho con organza y perlas. Complementó su look nupcial con el ramo de rosas blancas y gipsófilas, realizado por Teresa Lichi y Armando Teme, quienes decoraron el recinto religioso y el sitio de la fiesta, el salón Pérez Uribe del Club Centenario. Allí se destacó una ambientación romántica y elegante con fondos blancos, brillos de strass, flores naturales y follajes.
Luego de danzar el vals, el grupo Los Verduleros y Caiobá hicieron bailar hasta el amanecer a los nuevos esposos y sus invitados.
Además del cotillón, los presentes recibieron de obsequio zapatillas bordadas por las primas y la madre de la novia.
Fueron padrinos de boda: Miguel Ángel Bernardes y Danisa Soljancic; Antonio Lichi Battilana y Fátima Núñez de Lichi.
Radiante, la novia ingresó al recinto religioso del brazo de su padre, como dicta la tradición. El grupo Paréntesis ambientó la ceremonia con románticas canciones.
María Bethania lució radiante, para lo cual eligió una creación romántica de Alba Franco, confeccionada con guipure bordado con encajes. El tocado consistió en un detalle importante hecho con organza y perlas. Complementó su look nupcial con el ramo de rosas blancas y gipsófilas, realizado por Teresa Lichi y Armando Teme, quienes decoraron el recinto religioso y el sitio de la fiesta, el salón Pérez Uribe del Club Centenario. Allí se destacó una ambientación romántica y elegante con fondos blancos, brillos de strass, flores naturales y follajes.
Luego de danzar el vals, el grupo Los Verduleros y Caiobá hicieron bailar hasta el amanecer a los nuevos esposos y sus invitados.
Además del cotillón, los presentes recibieron de obsequio zapatillas bordadas por las primas y la madre de la novia.