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¿Qué es Jaikuaa? Es un proyecto de actoría juvenil para la promoción de una sexualidad responsable, impulsado y cofinanciado por Daikonía y la Unión Europea en asociación con Serpaj-Py (Servicio Paz y Justicia de Paraguay), CDE (Centro de Documentación y Estudios) y Codehupy (Coordinadora de Derechos Humanos del Paraguay), organizaciones de la sociedad civil con amplia trayectoria en temas de educación, cultura de paz, investigación y derechos humanos. Este proyecto fue presentado en la Manzana de la Rivera.
Las actividades se desarrollarán en 20 municipios de 7 departamentos del Paraguay. En San Pedro: Santa Rosa del Aguaray, Capiibary, San Pedro, San Estanislao. Concepción: Horqueta, Concepción. Caaguazú: Repatriación, Coronel Oviedo, Caaguazú. Cordillera: Tobatí, Caacupé. Itapúa: Encarnación, Edelira. Ñeembucú: Pilar. Central: Areguá, San Lorenzo, Luque, Lambaré, Limpio y Asunción. Se trabaja con un equipo de facilitadores que llevan las capacitaciones a los lugares, que tienen mucha experiencia en lo relacionado a la temática de participación ciudadana y derechos humanos, y que hablan el idioma guaraní.
“No podemos hablar de una adolescencia, sino de muchas adolescencias o muchas juventudes, o una simultaneidad de adolescencias y juventudes. En esta simultaneidad de situaciones es importante remarcar que la experiencia de la adolescencia y la juventud puede tener temporalidades y significados diferentes que enfrentan a las personas a transformaciones en sus vidas. Estas transformaciones tienen que ver con los cambios relacionados con el significado de sus cuerpos, transformaciones que acontecen en las relaciones sociales, en los vínculos que establecen con sus pares, con personas pertenecientes a diferentes grupos sociales, y hay cambios también en sus necesidades y aspiraciones que adquieren otros sentidos u otras orientaciones.
“Es en ese concepto en que tenemos que inscribir la noción de los derechos sexuales. Es cierto que los conceptos de derechos sexuales y reproductivos son conceptos de confusión, como han sido los conceptos de Derechos Humanos en general. Es decir, no existe una identidad preexistente que podamos denominar derechos sexuales y reproductivos, sino que esa noción es el resultado de un proceso de elaboración en que intervienen diferentes actores que pugnan en instalar en la agenda pública, en las agendas de los Estados, el reconocimiento de determinados derechos que consideran que hacen a las personas”, explicó Patricio Dobrée.
Ramón Corvalán, del Serpaj-Py, habló del conocimiento científico, que es uno de los elementos que se va a compartir en el proyecto con jóvenes, docentes y padres. Y explicó que se desarrollarán talleres para jugar, reflexionar y debatir, porque se tiene que recuperar la dimensión lúdica de la vida y del aprendizaje.
La escuela como espacio de discusión
“Quizás el conocimiento científico no tenga la capacidad de contener el misterio de la vida humana. Esa dimensión del conocimiento nos permite accionar a la complejidad de la vida y la complejidad del fenómeno que es la sexualidad humana. Entonces, ese es un paso y es un valor público, y la escuela debe ser un espacio de discusión pública, y nada más público que el conocimiento científico, discutido y debatido como herramienta de análisis en la realidad.
“El conocimiento que no se construye en el desarrollo de una personalidad y el respeto a los derechos humanos es un conocimiento de baja calidad. Tenemos un criterio de calidad educativa, desde la perspectiva de los derechos humanos. Ahora, un conocimiento puede ser eficiente, eficaz, pero desde la perspectiva de los derechos humanos puede ser de baja calidad en tanto no permita la dignificación de la vida humana”, indicó.