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La jornada fresca, nubosa y con mucho viento causó problemas a las invitadas que llevaban pamelas, entre ellas numerosas celebridades presentes en el acto religioso, oficiado por el deán de Windsor, reverendo David Conner, y seguido por más de mil personas fuera del castillo a través de una pantalla gigante.
La princesa Eugenia llegó al templo en un Rolls Royce Phanton VI de 1977 acompañada por su padre, el príncipe Andrés, mientras que su madre, Sarah Ferguson, había entrado antes con un deslumbrante vestido verde esmeralda de Emma Louise.
La novia llevó un vestido blanco de Peter Pilotto y Christopher de Vos, de estilo casi medieval, tenía escote por delante y por atrás, que acompañó con unos pendientes de diamantes y esmeraldas, regalo del novio, y una tiara Greville Kokoshnik, que lucían esas piedras preciosas y que fue cedida especialmente para la boda por su abuela. Durante la ceremonia, la hermana de Eugenia, la princesa Beatriz leyó un pasaje de la Biblia, mientras que el tenor italiano Andrea Bocelli cantó el Ave María de Franz Schubert.