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Florentina Cantero viuda de Valdez no pierde el hilo de la conversación, solo realiza pausa si se la interrumpe, o cuando recuerda algunas anécdotas, o cuando realiza algunas bromas. Explica que nació el 20 de junio de 1904, en la misma localidad de Yeré, y que siendo muy joven se casó con Juan Pablo Franco, y que trajo al mundo 13 hijos. Suspira y cambia de tono al mencionar que tuvo la difícil misión de enterrar ya a 7 hijos, y que su marido falleció 25 años atrás a los 99 años. “Mi segunda hija, que tuve a los 20 años, debía haber cumplido 90 años”, señaló. Se calla algunos segundos y rebobina que Juan Pablo fue una persona excelente y que eso motivó que ella se decidiera por él, pese a que tenía una pierna postiza. “El amor no tiene freno”, bromea. Recuerda que cuando Juan Pablo terminó su servicio militar obligatorio realizaron una despedida en el cuartel de Pilar, donde recibió un impacto en la pierna, que debió ser amputada. “Él decía que le alcanzó nomás la bala, que la pelea fue entre otros reservistas, dos incluso murieron”, comenta Florentina.
Su familia –explica– sorteó varias dificultades y en gran pasaje tuvo que labrar la tierra con los hijos y el marido. Indica que este fue muy perseguido por simpatizar con el partido liberal.
“Anteriormente en el país había demasiadas revoluciones, siempre por ambición a los cargos; hubo una revolución en 1922 entre los mismos colorados, kasõ mbyky ha kasõ mbuku; luego de la guerra contra Bolivia se produce la revolución de 1947, donde indebidamente los compatriotas se persiguieron entre sí”, comenta. En ese sentido dijo que no todos eran “výros”, y que igualmente estaban los liberales y colorados que se cuidaban y trataban de no meterse, explicó. Sus hijos Elvira y Fulgencio viven en la Argentina; Apolonia, Victoria y Gregorio, en Asunción. Florentina vive bajo el cuidado de su hija menor Rosa (63) y su nieta Belén Fleitas (25); cuenta con 45 nietos y más de 70 bisnietos.
Los mismos familiares mencionan que sus hijos y nietos le envían regalos, pero que sin embargo Rosa, con quien vive, a veces cae en desesperación a la hora de inventar recursos para la compra de medicamentos para la anciana. “Es una gran injusticia que no me pagan lo que me corresponde (por la tercera edad); yo quiero mi plata; Federico (Franco) me visitó y yo le voté, pero luego de ser presidente ndouveite, hesarái chehegui (nunca más vino, se olvidó de mí); quiero cobrar antes de irme”, expresa Florentina. Al ser preguntada si no le gustaría afiliarse al coloradismo, respondió que no, pero que igual le agradecerá al presidente Cartes si se acuerda del beneficio que le corresponde. “A él igual yo le quiero, es también hijo de Dios, rezo por él para que maneje bien, que no haya más tantas injusticias, robos y crímenes”, dijo la anciana. Reiteró que su mejor amigo es Carlos Saucedo Mariño, intendente de Caapucú (PLRA), quien le regaló una radio. Dice que le gusta escuchar polcas y noticias, y que no le agrada la televisión, “por mostrar violencias, mentiras y mujeres escandalosas”. En cuanto a las autoridades, dice que desde su niñez siempre son todas parecidas, “Prometen y se olvidan”.
Respecto a su larga vida, afirma que de niña no consumía golosinas, pero sí miel de abejas, poroto, locro, maní y mucha leche.
Ahora su comida preferida es la preparada a base de carne de oveja. Su hija Rosa menciona que Florentina es muy sana; se despierta temprano y se levanta a las 05:00 aproximadamente para rezar el Rosario, y luego realiza caminatas en el patio de la vivienda. Desayuna huevo casero pasado por agua y después toma cocido con leche.
Al mediodía consume normalmente todas las comidas. Después se toma una siesta, al levantarse nuevamente reza y luego merienda leche con banana u otras frutas, mientras escucha noticias en la radio. A la noche cena comida liviana y después se acuesta, hace una oración por la familia y todas las personas de bien antes de dormir.