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Durante años de su vida el Prof. Blas Servín se dedicó a crear talleres y clubes de astronomía en los colegios para despertar el interés de los niños en una disciplina relegada en nuestro medio. Lo logró con mucho éxito y, a través de los niños, se prendieron los padres y la ciudadanía toda.
Este es uno de los mayores legados del Prof. Servín junto con la creación del Centro Astronómico del Bicentenario “Padre Buenaventura Suárez”, así como el observatorio de San Cosme y Damián. También descifró el cielo de los guaraníes así como el de otras etnias americanas, lo que motivó su participación en conferencias internacionales.
El científico Samuel Hirschkorn sentenció que “Paraguay pierde a uno de sus más importantes divulgadores de la ciencia y nosotros, sus amigos, perdemos a una persona que se supo ganar el respeto de todos”.
Cuenta que conoció al Prof. Servín en 1985 en un aula del colegio Dante Alighieri en Asunción, donde se reunió un grupo de entusiastas de la ciencia y algunos curiosos para discutir acerca de la visita del cometa Halley: “Desde ese momento empezamos a intercambiar ideas y opiniones acerca de esta ciencia que nos apasiona”.
Desde el Club de Aficionados a la Astronomía primero, y luego desde el Centro Astronómico del Bicentenario Servín y otros amigos científicos dictaron clases y charlas en diversas entidades en todo el país. Siempre se lo escuchaba anunciando en la radio y la TV los fenómenos astronómicos que se avecinaban y explicando con mucha paciencia los que sucedían.
Nicolás Masloff Bonin, astrónomo aficionado, fue quien anunció su fallecimiento escribiendo en su cuenta de Facebook: “El país pierde a una de sus más grandes eminencias, poco antes de la 1 de la madrugada, tranquilo en su casa, acompañado por sus familiares, con la alineación de Júpiter, Marte y Saturno, presente en el cielo”.
Blas Servín nació en Piribebuy en 1949 y muy joven cumplió misión diplomática ante la Santa Sede.
Hombre multifacético, era más bien conocido a nivel nacional como el profesor de astronomía “sin duda el máximo exponente y difusor de esta ciencia en el Paraguay”, añade Masloff.
Le sobreviven su esposa Teresa Masi sus hijos Rosanna, Rodrigo, Marcelo, nietos y bisnietos.