WWF pide “vivir como si fueras a morir mañana y producir como si fueras a vivir para siempre...”

Jason Clay, vicepresidente del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), un antropólogo estadounidense egresado de Harvard, en breve visita al Paraguay, resaltó la importancia de nuestro país como gran productor de alimentos. En esta entrevista ofrece detalles de una campaña mundial para producir más y mejor los alimentos para proteger el planeta y, por ende, la salud de sus habitantes.

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–¿Qué se busca con esta campaña?

–“Vive como si fueras a morir mañana y produce como si fueses a vivir para siempre”, es una de las frases más representativas de esta campaña. Lo que tratamos de hacer desde la WWF es crear un espacio para conversar con los productores sobre las mejores prácticas para la producción sostenible que protejan y conserven la biodiversidad (la variedad de formas de vida en el planeta) y los recursos naturales. Me reuní esta semana con referentes del sector de los agronegocios, la industria, el sector financiero y empresarios, donde hablamos de la importancia de la ganadería y la agricultura más sostenible y eficiente.

–¿Cuál es la actividad específica de la WWF?

–La WWF se fundó hace 55 años para salvar la biodiversidad y defender los parques naturales. Tiene 5 millones de miembros y 6.000 empleos. Tiene un presupuesto anual de unos 700 millones de euros. Todo el trabajo que se ha hecho para proteger la biodiversidad se va a perder si no nos enfocamos en la producción.

–¿Tiene una tendencia política la organización?

–Es una posición pragmática. Se trabaja con las empresas. Son las más preocupadas por los cambios ambientales. La prioridad es trabajar con los productores. A ellos hoy les importa más producir legalmente que a los propios gobiernos.

–¿Cuál es el mensaje?

–Tenemos que cambiar la manera como producimos y consumimos los alimentos. Por eso nos enfocamos en las empresas y los países. Hay como 300 empresas multinacionales que dominan la producción de alimentos en el mundo. Controlan el 70% del mercado de las 15 materias primas más importantes a nivel global. Queremos que produzcan más, que sus productos generen mayor valor para el accionista, pero también valor ambiental y social para todos.

–¿Quieren hacer rendir más los alimentos?

–Todos los países exportan. Nadie le dice al otro qué comer y cómo comer. Los medios de comunicación, las redes sociales, son los que dominan el debate sobre el tema de alimentación. Lo que hacemos es crear espacios de conversación sobre lo que estamos de acuerdo o en desacuerdo, cosas que no sabemos y que deberíamos saber. La clave es encontrar esa fórmula para producir más y mejor, porque si al final el dilema está entre cortar un árbol o alimentar un niño, va a perder siempre el árbol. Hay que anticiparse y encontrar mejores soluciones que eviten llegar a ese dilema. La producción de alimentos es claramente el tema más importante de este siglo.

–¿Qué plantean?

–En primer lugar, productividad y eficiencia que implica mejorar la genética de las plantas, el uso del suelo, mejorar las pasturas en el caso de la ganadería, ser más eficientes en el uso de los productos químicos, mejor uso de la mano de obra y el agua. En segundo lugar, la estrategia debe estar dirigida a reducir el desperdicio. La mitad de los alimentos que consumimos se pierde. También tenemos que reducir la emisión de gases de efecto invernadero. Aparte se desperdicia el agua que se usa. Tenemos que cambiar los hábitos de consumo, concentrar la producción en los lugares en que más eficientemente se produce, no en cualquier lugar.

–Paraguay es uno de los mayores productores de alimentos siendo pequeño y mediterráneo. Dicen que con 7 millones de habitantes produce para 50...

–Es interesante. Sería mejor enfocarse en cuánto dinero se genera según la cantidad de personas que alimenta. Si puede alimentar a 50 millones de personas y ganar 100 millones de dólares es una cosa; si puede alimentar 50 millones de personas y hace 400 millones de dólares es otra cosa. No es tanto cuánta gente se alimenta sino cuánto dinero rinde el alimento que está vendiendo. Es la rentabilidad lo que importa.

–¿Por qué no rinde, por ignorancia?

–Es por la velocidad del negocio. Lleva más tiempo y se requiere más inversión hacer el círculo completo. Ahora recién los mercados comienzan a mandar señales de cómo se producen las cosas: no al trabajo infantil, a la deforestación, etc. Paraguay produce la proteína más valiosa que es la animal, no son los granos. Lo lógico sería que los granos se transformen en ganado vacuno, pollo, cerdo, leche y eso se exporte. Eso permite que mucho de ese desperdicio vuelva al suelo. Para que esto funcione el planeta tiene que ser administrado sosteniblemente. Tiene que haber una cultura mundial para ver los resultados. El comercio mundial tiene que ser sostenible para producir los cambios. El comercio es un optimizador natural. Se deben adoptar medidas internacionales de eficiencia productiva para orientar cuál es más sostenible o no.

–¿Hay un premio para los adoptan las medidas internacionales?

–En el largo plazo no tiene que haber premio. Los productores pueden hacer más dinero siendo más eficientes, ahorrar y ganar más dinero pero los que consumen deben saber cómo se produjo lo que comen: si la producción fue en condiciones legales, si no se usó trabajo infantil, trabajo esclavo, si se usaron parámetros ambientales de acuerdo a las normas.

–En el caso de la carne paraguaya ¿qué implica el cambio hacia una mayor eficiencia?

–Implica mejores pasturas, mejores suelos, seguir mejorando la genética y trabajar en mecanismos de inseminación artificial que lleven a un 70 a 80% de parición, no como hoy que está por debajo del 50%. El asunto es llegar a mucho mayor rendimiento por hectárea en carne; que el novillo vaya al mercado mucho más rápido y con una inversión proporcionalmente menor. Después están los frigoríficos. Paraguay debe aspirar a los mercados premium del mundo...

–¿No llega acaso?

–Hoy la mayor parte de la carne paraguaya va a mercados de segundo nivel como Rusia. En precio son mucho más bajos que los mercados premium. Para acceder hay que tener la trazabilidad completa. Toda la vida del novillo tiene que estar documentada y registrada para aspirar a esos mercados. Una foto o un video de una hacienda mal manejada o ilegal recorre el mundo en minutos. Le puede fundir el negocio.

Pero hay varias señales en relación a la producción de carne paraguaya. JBS que es la mayor empresa internacional de carne está poniendo en Paraguay su mayor frigorífico en todo el mundo...

–El que está en Belén (departamento de Concepción)...

–Ellos van a poner su producto en condiciones de responsabilidad, trasabilidad, calidad, para llegar al mercado premium.

–¿Cuál es la importancia de esa nueva tendencia de sustituir los alimentos por suplementos alimenticios, los sintéticos?

–Vemos sustituciones todo el tiempo en el mercado. Cada rato se descubre algo nuevo y se va sustituyendo. Eso no disminuye lo que ya se producía. Genera nuevos mercados. Hoy por ejemplo la acuicultura que antes no existía hoy genera más proteína que toda la industria de la carne mundial. Eso no existía. Son los peces cultivados. Eso no redujo el consumo de carne. Vino a agregarse. La gran lección para Paraguay, no es que venga un producto a sustituir la carne. Si la carne es sustituida y Paraguay tiene buenos suelos, siempre va a estar en condiciones de producir otra cosa. No vamos a poder hacerlo si el suelo está degradado. De ahí el dicho: “Vive como si fueras a morir mañana pero cultiva como si fueras a vivir para siempre”.

–¿Vamos a tener hamburguesas sintéticas que no hagan daño al cuerpo y que sean tan ricas como las que se ofrecen hoy?

–Hoy, esa hamburguesa ya existe. Cuesta 250.000 dólares, pero el precio va a ir bajando (ironiza). No veo que haya una tendencia marcada de sustitución hacia productos artificiales de aquí a 15 años. En el futuro, en la producción de alimentos van a competir fuertemente las grandes empresas químicas. Lo que se ve en estos momentos es la conglomeración de seis grandes compañías químicas del mundo que se han unido. La última fusión fue de Monsanto y Bayer. El área de biociencia es cada vez más importante para ellos.

–¿Qué los hace unirse?

–Hace 40 años los mayores inversionistas, los creadores de la Revolución Verde fueron los gobiernos. Hoy la inversión es cero, salvo Brasil que mantiene a Embrapa (Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria). Entonces hoy es negocio de las empresas invertir en biociencia. El tema de la comida va a seguir siendo el tema central de inversión de las grandes empresas y obviamente de mayor preocupación para todos los ciudadanos.

(holazar@abc.com.py)

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