Vicedirector del Hospital de Clínicas involucrado en vergonzoso negociado

Desde impunidad hasta ofertas económicas. Audios revelan cómo altas autoridades del Hospital de Clínicas negociaban para favorecer a algunos en la licitación de la cantina.

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“Miti miti quiero entrar”, se escucha decir al doctor Manuel Bernal, vicedirector de servicios generales del Hospital de Clínicas, en una conversación con quien parece ser el representante de una empresa que planeaba presentarse a una licitación para hacerse con la cantina de ese nosocomio.

Bernal planteaba así la posibilidad de convertirse en socio de la firma en caso de que esta fuera elegida para proveer los servicios de una nueva cantina que debía ser habilitada en la sede de Sajonia del Hospital de Clínicas.

Hasta el momento de la conversación, la licitación no había sido siquiera anunciada y el médico ya hacía consultas sobre la cantidad de personal que se debía destinar, las obras que se debían realizar y hasta la forma en la que se podía ganar más clientes utilizando carritos para distribuir los alimentos. “Lo de allá es pulir”, afirma Bernal. Su interlocutor le plantea que le pase un borrador del llamado a licitación y él le asegura que eso ya estaba “encaminado”. “Lo importante es poner las cosas para que ganemos sí o sí, que no nos gane nadie”, le dice Bernal.

Llega incluso a plantear la posibilidad de modificar algunos de los ítems para terminar favoreciendo a la empresa, en particular sobre el precio del alquiler que se debe pagar al Hospital de Clínicas.

“Yo mando poner dos millones nomás gua’u de base para que cinco sea más grande, para que la gente entre con tres o cuatro, si es que entra y vos entrás con cinco”, se le escucha decir. “Tenemos que ver bien esa parte”, continúa.

Cuando acuerdan sobre el borrador de la licitación que debía ser enviado días más tarde, a Bernal le preguntan si “el amigo” o “el jefe” formaba parte del equipo. “Yo soy él”, respondió. 

Impunidad y dinero

Finalmente, la licitación para la cantina de Sajonia no se realizó; sin embargo, se convocó a una licitación para la explotación del servicio de comida en la sede de San Lorenzo. Según se escucha en la conversación, Bernal citó a una reunión al representante de la misma empresa el fin de semana antes de la apertura de los sobres con las ofertas. Aparentemente, el encuentro se realizó a las apuradas, porque al momento de saludarse se escucha decir a la otra persona que lo había asustado su llamado.

Desde ese momento, el mismo Bernal relata que recibió llamadas y hasta una oferta de empresas y hasta políticos que pretendían hacerse con el servicio de cantina del Hospital de Clínicas. “Rodrigo Blanco vino. Tiene mucha plata”, le comenta ya apenas comenzaron a hablar. “Por intermedio de los senadores. Dos vinieron hoy”, sigue diciendo Bernal. El Blanco al que se refiere coincide con nombre del hijo del ministro de la Corte Sindulfo Blanco.

Después afirma que representantes de la firma San Miguel también pasaron. “Ese ofreció 400 (millones) y Rodrigo Blanco ofreció impunidad”, sostiene.

Durante casi una hora de conversación, ambos analizan las diferentes opciones para cerrar el negocio. En algún momento le vuelven a preguntar a Bernal si seguía del lado de su interlocutor, a lo que este afirma: “Estamos juntos. Vos sos nuestra única esperanza”. Bernal reconoce que los representantes de la firma intentaron conseguir una reunión con el decano de la Facultad de Ciencias Médicas –de la que depende Clínicas–, pero que “nosotros trancamos”.

Millones sin control alguno

Solo en 2017, el Hospital de Clínicas recibió unos G. 489.000 millones. Bajo la excusa de la autonomía universitaria, esos fondos son administrados bajo altos niveles de secretismo desde hace años. Hasta hoy siguen dando vueltas por la Facultad de Medicina miembros de claques que fueron denunciados en incontables ocasiones por hechos de corrupción.

Fuentes consultadas por ABC Color sostienen que en la cantina de la sede de San Lorenzo del Hospital de Clínicas se mueven entre G. 20 millones y G. 25 millones diarios, lo que significaría unos G. 750 millones mensuales o unos G. 9.000 millones anuales. Ese era el negocio con el que supuestamente pretendía hacerse Bernal, amparado por Giubi, según sus propias palabras.

juan.lezcano@abc.com.py

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