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En un pronunciamiento, señala que con su decisión el presidente Cartes está mostrando, cada vez con mayor claridad, de que realmente “es un Presidente antinacional y antipopular”, y que está en ese cargo supuestamente para hacer realidad la consigna “todo para los ricos, nada para los pobres”.
“Los campesinos siguen siendo la vanguardia de la lucha pacífica por la justicia y por la igualdad de todos los paraguayos”, expresa.
Refiere a millonarios subsidios del dinero público que el Gobierno otorgó a dueños del transporte público, a la Azucarera Iturbe, millonario préstamo a la empresa telefónica Tigo que empleados y empleadores aportan al IPS; subvención en combustibles a productores de soja y otros y agrega que el modo de subvencionar y de privilegiar a élites más pudientes e inescrupulosas “produce escándalo”. La negativa del Gobierno a condonar deudas de campesinos, “es a todas luces cruel e injusta”.
Apunta que el veto del presidente Cartes es un golpe al campesinado, y que la medida significa más éxodo rural, más pobreza, más desarraigo y menos capacidad de producir alimentos y mayor dependencia. Está en juego la pervivencia de la agricultura familiar, la pervivencia del mundo campesino, el abastecimiento de productos que cada día hay que poner en la mesa, dice.