Velázquez Ugarte, acusado de traidor por su bancada

El senador Alejandro Velázquez Ugarte tuvo ayer su momento ‘estelar’ durante la elección de la mesa directiva de la Cámara de Senadores. No solamente por su voto en contra del candidato de su partido, Enrique González Quintana, sino por la singular discusión que mantuvo con sus correligionarios.

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El senador Velázquez fue mencionado en diferentes oportunidades y con distintos tonos, aunque no solo fueron ataques; el escenario también le sirvió de bálsamo para reconciliarse con su colega Adriana Franco. Esta, quien le había acusado de ser el culpable de su retiro del Unace, ayer no solo le propuso para la vicepresidencia primera del Senado, sino posiblemente sea su guía para retornar al Partido Colorado.

El primero quien le tocó la oreja fue el Cnel. (SR) José Manuel Bóveda. Este, como si se dirigiera a una tropa en formación, hizo mención de situaciones de traición que marcaron a varios personajes de la historia. Fue urdiendo un paralelismo hasta enfocar sus dardos al compañero, quien justo tiene su banca frente a la suya. Dijo que no se animaba a mirarle la cara por temor a ser contagiado "por alguien que traiciona a un amigo; peor aun, a un amigo que está preso", en referencia a Lino Oviedo, nombre que pronunció con cierta reverencia.

No pasó mucho para que Velázquez Ugarte respondiera. Dijo que de ninguna manera se sentía un traidor y recordó sus luchas a favor del movimiento Unace y del líder de Unace.

Dijo también que había sido tenazmente perseguido y que había trabajado para conseguir los votos no solo para su candidatura, sino para que también los otros pudieran ganarse sus bancas. Aun fue más duro al decir a sus compañeros: "Un general no rinde cuenta a los soldados".


LA QUE MANDA

La segunda intervención de Velázquez Ugarte fue cuando le pareció escuchar que uno de sus colegas mencionara a su esposa Mariechen di Tore. Reaccionó de inmediato, se paró de su banca y miró hacia sus compañeros de bancada. Les dijo que precisamente su esposa estaba padeciendo una enfermedad, consecuencia de los trabajos en las campañas partidarias a favor del Unace. Reprochó a un colega suyo que estaba a su lado (Herminio Chena) porque alguna vez fue a requisar de su casa afiches del Unace.

El que respondió fue el senador Jorge Oviedo Matto. Le aclaró que nadie mencionó a su esposa, pero aprovechó para decirle que quien manda en su casa es precisamente la mujer y que debería darle los pantalones.
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