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Un bochornoso espectáculo se registró ayer en la sede de la Contraloría General de la República, protagonizada por el excontralor Óscar Velázquez Gadea, quien fue prácticamente echado por su sucesora, Nancy Torreblanca, luego de que el mismo asegurara que aún era contralor un día después de haber presentado su renuncia.
Según Torreblanca, se presentó a la institución a las 7:00 con un equipo técnico para realizar un inventario de la oficina ocupada por Velázquez, pero grande fue su sorpresa cuando lo encontró encerrado en su oficina y firmando documentos, argumentando tener aún potestad para ello. La autoinstituida contralora, que también enfrentará juicio político, varias veces le insistió que abandonara el lugar, porque ya no pertenecía a la institución. Esto duró unas horas y recién después del mediodía Velázquez se retiró del lugar cargando algunos sobres. Torreblanca convocó a los medios de comunicación para dejar constancia de lo ocurrido. No descartó que Velázquez haya ocultado o destruido documentos durante el tiempo que estuvo encerrado en su oficina.
A su vez, Torreblanca manifestó que tras realizar cambios en las direcciones de la Contraloría ordenará una auditoría interna. Prometió dar un informe a fin de mes e ignoró el hecho de que también está sometida a juicio político.