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La primera cobró 220 millones de guaraníes en el 2015, por un edificio que hoy se cae a pedazos. La segunda, unos 156 millones de guaraníes por la terminación del complejo y otros 156 millones 500.000 guaraníes por un estacionamiento.
A principios de año se acumulaban piedras frente al local que atraía solamente críticas de productores. Los campesinos Ángel Forcado y Carmen Rivas aseguran que el proyecto es un gran negociado y exigen que en el lugar funcione una terminal obligatoria para ómnibus.
Gustavo Cañete, de Moviment, aseguró que la parte que le corresponde a su empresa se terminará en menos de una semana. Indicó que ellos solo se encargaron del estacionamiento, de una vereda perimetral y de la iluminación externa, aunque el contrato firmado con la gobernación habla de terminación del edificio.
“Siempre terminamos nuestras obras”, dijo Cañete. Directivos de Global afirman que el sitio no tiene sentido, dando la razón a los lugareños.