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CORONEL OVIEDO (Carmen Colmán, de nuestra redacción regional). El pasado martes 22 de diciembre se llevó a cabo las elecciones para el cargo de representante docente ante el Consejo Superior Universitario. Con 20 votos de 80 docentes habilitados, el exrector de la Universidad Nacional de Caaguazú (Unca) Pablo Martínez logró ser electo como representante docente ante el Consejo Superior Universitario.
Martínez, luego de llamarse al silencio por un mes, habló en un programa radial local y dijo que si están dadas las condiciones y “si está tranquilo el ambiente” podría volver a candidatarse para el cargo de rector. Sin embargo, según la carta orgánica de la Unca, el mismo se encuentra inhabilitado para el efecto, ya que no se admite una reelección.
Además dijo que no está sumariado y que tampoco lo estará.
Los estudiantes realizaron una serie de movilizaciones para exigir la renuncia de Pablo Martínez como rector tras detectarse varias irregularidades por la Dirección Nacional de Contrataciones Públicas. Se destaca el resultado de una auditoría iniciada por una obra fantasma y por la que se pagaron más de G. 550 millones. Existe un sumario abierto por el Rectorado, a sugerencia de la Contraloría General de la República por este caso.
Respaldo de Ovelar
El exrector dijo pertenecer con orgullo a la línea política del movimiento liderado por el senador “trato apu’a” Silvio Ovelar (ANR), desde hace más de 20 años, y que ambos tienen una amistad de años. Agregó que “la Unca está así gracias al senador Ovelar, él consiguió el presupuesto siempre”, refirió.
También criticó el movimiento estudiantil que se inició en repudio a los hechos de corrupción de su administración, y dijo que “alguien tuvo que haber pagado, estuvieron varios días, tuvieron que comer, utilizar equipos de sonido, etc.”. Sin embargo, omitió decir que los jóvenes recibieron ayuda ciudadana que día a día llevaba víveres y otros elementos en respaldo la lucha estudiantil.
Además se mostró molesto con el actual rector Hugo Giménez, quien según sus palabras “rajó del rectorado a sus exfuncionarios, quienes fueron formados por él, y los ubicó en otras unidades académicas”.