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La intención es proteger una muestra representativa de la ecorregión Aquidabán, caracterizada por el "cerrado", que es uno de los ecosistemas menos conocidos, a pesar de su gran extensión en Sudamérica. En Paraguay, el "cerrado" tiene una distribución restringida a una porción de los departamentos de Concepción y Amambay.
En el área que los parlamentarios Amado Yambay, Luis Alfredo Jaeggli, Ada Solalinde, Adriana de Fernández, Ramón Domínguez, Juan Manuel Bóveda y Herminio Chena pretenden expropiar, se encuentran praderas arboladas y bosques, donde todavía sobrevive una de las especies de flora más amenazadas de Paraguay, el trébol (Amburana cearensis).
El área de conservación presenta ciertas características geológicas y biológicas que la hacen muy particular y poco común para el resto del país. Al recorrer el interior de las propiedades, se observan afloramientos geológicos importantes, como el complejo basáltico del río Apa, el grupo Itacurubí y la formación Sapucai.
Esto explica por qué los suelos de estas propiedades no sirven para la agricultura. Las rocas se encuentran a escasa profundidad del suelo o bien directamente afloran. En algunos sectores se tiene la impresión de que fueron arrojadas adrede.
El lugar conocido como San Luis de la Sierra, siempre dentro de las propiedades que se quiere expropiar, presenta una gran diversidad de ambientes naturales, bosques en galería, bosques altos de trébol, "cerrados", "cerradones" y campos limpios. Este sitio es colindante con el parque nacional Serranía de San Luis y reserva natural "Cerrados del Tagatiya" y al este con el parque nacional Paso Bravo.
Datos publicados en el 2001 por la organización Conservation Internacional permitieron el estudio de elementos de la fauna y flora de la cuenca del río Apa y su tributario el arroyo Blandengue. Los investigadores recomendaron especial atención al Apa, debido a la alta diversidad de especies de árboles y de fauna amenazada.
En realidad, todo gira en torno a la ocupación de las 30 mil hectáreas de bosque donde es posible encontrar madera preciosa, como el incienso y el trébol. El último bosque continuo del departamento de Concepción también alberga en su seno todo lo que tenemos en la Región Oriental de tales especies.
Traficantes de madera de la colonia San Alfredo, financiados por aserraderos instalados en la ciudad de Caaguazú, que también trabajan en forma ilegal, están detrás de los campamentos que los "campesinos sin rollo" han montado en espera de la orden para invadir las propiedades pertenecientes a Agropozo SA, Propafisa SAECA, Agroforestal La Estrella y al abogado Felino Amarilla.
El apoyo logístico con que cuentan es impresionante: combustible, camionetas, alimentación y carpas. El dinero que facilitan los traficantes de San Alfredo será recuperado con creces cuando la invasión tenga lugar; no sería raro que ya estén ofertando los rollos de incienso, trébol o lapacho que podrían tener a su alcance dentro de poco.
La Gobernación de Concepción también presta apoyo logístico para los "campesinos sin rollo". La gobernadora Ramonita Mendoza, dejando de lado su responsabilidad de preservar los bienes del departamento, está presente en el campamento montado para la invasión con una cisterna para el suministro de agua.
Ramonita recibió al inicio de su mandato un bosque intacto, con un arroyo Tagatiya sin mayores amenazas, una flora y una fauna únicas en toda la Región Oriental. El apoyo que brinda a una posible invasión pone en riesgo un patrimonio del cual es depositaria, no propietaria.
¿Es justo que el país pague el precio de un chantaje? Roberto Antebi es un hombre poderoso, tuvo todas las herramientas necesarias para defenderse de Felino Amarilla; si perdió el juicio, en todo caso, el problema es entre ellos.
A los senadores nombrados no les importa extender las consecuencias negativas de su irresponsabilidad a todo el país. Vamos a perder todos con la destrucción de esas 140 mil hectáreas que se han convertido en refugio biológico de lo último que queda en la Región Oriental.
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