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Duarte, presidente de la Comisión de Legislación y Codificación, dijo ayer que la ley sancionada la semana pasada en el Congreso “De ceremonial y protocolo”, que establece los títulos que se darán a las máximas autoridades nacionales, según la institución y el cargo que tengan, no tendrá vigencia más que en los actos oficiales y en los documentos que se remitan entre ellos en forma oficial.
Aclaró esto ante las numerosas críticas y burlas que realizaron miles de ciudadanos en las redes sociales y otros medios de comunicación en contra de este trato “especial”.
Puntualizó que esta normativa tuvo origen en el Poder Ejecutivo y que su objetivo principal es unificar las reglas de protocolo en un solo cuerpo legal, ya que actualmente cada poder del Estado tiene prácticamente sus propias reglas y forma de dirigirse a las autoridades en los actos oficiales.
Destacó que la misma ley dice claramente en qué circunstancias se utilizará el trato de “honorables” para los legisladores o de “excelentísimo” para el Presidente de nuestro país y mandatarios extranjeros o de excelencia a los ministros, etc.
Afirmó que este tipo de tratamiento en los actos protocolares de hecho se da actualmente en todos los actos y los apelativos utilizados son comunes en casi todo el mundo. Indicó que la Constitución Nacional establece también que las cámaras del Congreso tienen el título de “honorable”, independientemente de quienes los integren.
Sobre la opinión de algunos de sus colegas que señalan la necesidad de que sea vetada la ley para hacerles modificaciones, dijo que le daba lo mismo, ya que ese tipo de tratos se seguirá utilizando en actos oficiales y no afectará la marcha del país.
“Excelencias” y “señores”
El artículo 13 de la Ley de Protocolo y Ceremonial de los poderes del Estado y otras instituciones establece que el Presidente de la República tendrá el tratamiento, en actos oficiales, de “excelentísimo”. El Vicepresidente, los presidentes de los otros poderes del Estado, el fiscal general, el presidente del TSJE, el del BCP, los ministros del Ejecutivo y de la Corte, los embajadores y los gobernadores serán tratados de “excelencia”. Los senadores, diputados y el defensor del Pueblo serán llamados “honorables”. El contralor general, el procurador, intendentes, viceministros, decanos, directores generales, etc., recibirán el trato de “señor”. El Nuncio Apostólico será “Excelencia Reverendísima” y los rectores “Magnífico”.