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Por trece años consecutivos los jinetes llegan de diferentes puntos del país para agradecer por los favores recibidos durante el año e implorar la bendición y protección de la Virgen de los Milagros de Caacupé. El presidente de la agrupación, Delfín Guimaraes, manifestó que vienen a depositar a los pies de la madre de todos los paraguayos las penurias y necesidades que se viven en el campo.
Guimaraes expresó que es necesario un Paraguay para todos sin distinción, cuyas riquezas y beneficios alcancen a todos y en especial a las personas laboriosas del interior de nuestro país.
Niños, jóvenes y adultos participaron de la procesión ataviados con trajes típicos. Además, colocaron ante el altar de la Virgen una gran cantidad de víveres destinados a los necesitados.
Este fin de semana la capital espiritual ya fue visitada por miles de peregrinos durante las celebraciones litúrgicas. También ya se pudo notar una gran cantidad de promeseros que vienen caminando o en bicicleta desde varias regiones del país.