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Víctor Casas Pinkowski fue electo intendente para el periodo 2010-2015 por la ANR. En abril de 2013 fue denunciado por lesión de confianza por los concejales colorados Luz Argüello de Afara, esposa del vicepresidente Juan Afara, y Hermenegildo “Quito” González, empleado de la radio de la familia Afara (Kokue Poty FM), respectivamente.
Casas estuvo prófugo un mes y al presentarse al Juzgado de Encarnación se decretó su prisión domiciliaria.
En marzo de 2014 Casas fue destituido por la Junta Municipal por “abandono de cargo” y en su reemplazo fue puesto Hermenegildo González, empleado del vicepresidente.
En medio del conflicto fue expulsado de la ANR “por traicionar” al partido en las elecciones presidenciales.
Casas nuevamente se presentó para la Intendencia en las elecciones municipales del 15 de noviembre, esta vez por el Partido Demócrata Progresista (PDP), apoyado por el PLRA, Frente Guasu y otros signos políticos. Obtuvo 6.200 votos sobre 4.000 de su rival más fuerte David Rivas (ANR), quien tuvo respaldo del vicepresidente Juan Afara, quien maneja como su feudo la localidad, más conocida como María Auxiliadora.
Tras las elecciones, Casas denunció que Juan Afara amenaza con no dejarlo asumir el cargo y sus aliados apoyan esa versión. Por otro lado, Hermenegildo González asegura que no existe tal intención y que respetarán la voluntad popular expresada en las urnas.
Casas soporta dos procesos: por lesión de confianza y producción de documentos públicos de contenido falso. Estos casos están para juicio oral y público, que no se realizan por incidentes presentados por la defensa del político.
Uno de los casos es por el presunto sobrecosto de G. 116 millones del Palacete Municipal, cuya construcción generó una fuerte discordia entre Casas y los colorados afaristas, por demoler el antiguo edificio. El otro es por la supuesta sobrefacturación de mejoras de la terminal de ómnibus.
El concejal José Noguera (ANR) dijo que María Auxiliadora está dividida entre afaristas y casistas. Sugirió que ambos políticos deben arreglar sus diferencias, que ya generaron un problema social en el distrito, cuyos habitantes quieren paz.
En la comunidad el clima de división se siente, así como la incertidumbre de si dejarán asumir a Víctor Casas. También hay duda y cierto temor de que en caso de conseguir jurar como jefe comunal, Afara mueva sus influencias para que el Estado deje de ayudar a las instituciones públicas de la comunidad.