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En su exposición ante el Tribunal de Sentencia presidido por Ramón Trinidad Zelaya, Fanny Fernández de Núñez relató que tanto su esposo como Pablo Medina habían sido amenazados por Vilmar “Neneco” Acosta. Destacó que el corresponsal de nuestro diario en Curuguaty tenía muchos datos sobre los crímenes cometidos por el clan Acosta.
Recordó que su esposo fue baleado a tiros en la vía pública por encargo de “Neneco” y este y sus familiares festejaron el crimen con una gran fiesta en la propiedad del padre de Vilmar. Dijo que según testigos, el crimen fue ejecutado por los hermanos de Vilmar, Junior y Wilson y su sobrino “Chiqui” (Gustavo Gadea Acosta).
“Fueron momentos muy difíciles porque ellos comandaban Ypejhú. El clan Acosta comandaba Ypejhú, vivían con sus armas y nos sentimos muy desamparados nosotros, los familiares de las víctimas. Fuimos muy perseguidos por la familia Acosta, día y noche nos perseguían en motos, vehículos, por eso tuvimos que salir de Ypejhú”, relató.
“Ellos hacían lo que querían, nosotros no recibíamos apoyo de nadie de nuestra justicia. Ellos comandaban, a partir de que la gente entraba en la zona de Ypejhú ellos revisaban la gente que entraba en moto, en vehículos (...) Muchos inocentes partieron, no solo mi esposo”, afirmó la viuda.
Reveló que el día de la muerte de Pablo le avisó a este por WhatsApp que le habían llegado rumores de que Neneco estaba llevando cuatro matones de Curuguaty, para que se cuidara, y que el periodista dijo que temía lo peor.
También declararon ayer el comisario (SR) Miguel Urunaga, director general de Orden y Seguridad, comisario principal Luis Bordón, médico forense Matías Arce, suboficial Enrique Benítez, comisario principal Celso Fernández Zelada, jefe de Policía de Canindeyú; comisario Rutilio Ramírez subjefe del Dpto. de Investigación de Delitos de Canindeyú y el subcomisario Abel Cantero Gaona, jefe de Balística. Pablo Medina y Antonia Almada fueron baleados el 16 de octubre del 2014, en la zona de Villa Ygatimí.