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Los sindicalistas calificaron como un “éxito” el Congreso Unitario Sindical, Campesino y Social, de dos días, que culminó ayer con una concentración frente al Parlamento. Se estima que participaron unas 7.000 personas, aunque para los organizadores fueron 15.000.
A primeras horas los manifestantes se reunieron en varios puntos de la capital y luego marcharon al centro. Cerca del mediodía, sus dirigentes participaron de una cumbre de poderes que contó con la participación del presidente Horacio Cartes, del titular de la Corte, Antonio Fretes, y del presidente del Congreso, Julio C. Velázquez.
Los sindicalistas Juan Torales, de la Central Unitaria de Trabajadores; Luis Morán, de Sinatel; y José Pineda, del Sindicato de Trabajadores de la ANDE, destacaron el impacto que tuvo el congreso al forzar una cumbre de presidentes de poderes. “No fueron ellos quienes nos llamaron. Fuimos nosotros quienes exigimos que nos escuchen, y han aceptado todas nuestras propuestas, pero no debemos confiar tanto. Desde el lunes esperamos que se conformen instancias de diálogo”, dijo el sindicalista Torales.
Para Morán las mesas de diálogo servirán para decir un no rotundo a las privatizaciones y al marco regulador energético.
Representantes obreros de varios países como Argentina, Brasil, Chile, EE.UU. y Venezuela también subieron a la tarima y exteriorizaron su apoyo al esfuerzo que hicieron los organizadores del evento para hacer escuchar su voz. Otro momento resaltante y que generó la atención de los participantes fue la presencia de choferes crucificados de la Línea 30, que hace varios días realizan esta protesta por la reincorporación de varios de sus compañeros despedidos. También los presentes exteriorizaron su indignación hacia los empresarios y contra las parlamentarias Olga Ferreira y Mirtha Gusinky, a quienes consideran aliadas de los empresarios.
Sobre este conflicto, Pineda dijo que el Congreso Unitario emplaza por 24 horas al Gobierno para que solucione el conflicto de la Línea 30 (propiedad de Justo Martínez Noguera). De lo contrario, los trabajadores “se encargarán” de la solución. La sacrificada medida de fuerza recién tuvo eco ayer en el Gobierno, cuando Justicia y Trabajo intervino la Línea 30 en horas de la tarde.
Para Bernardo Rojas, la apertura del Gobierno a escuchar el reclamo de los trabajadores fue un logro de la unidad. En tanto que para Luis Aguayo, de la Mesa Coordinadora Nacional de Organizaciones Campesinas, la reforma agraria sigue siendo la solución que espera el campesinado.