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El 28 de abril de 2008, ministros de la Corte Suprema de Justicia firmaron el acuerdo y sentencia Nº 188 en el expediente “Asociación de Caleros y Afines de San Lázaro contra Instituto de Bienestar Rural sobre nulidad de actos y hechos jurídicos”.
La sentencia de la Corte Suprema permitió al Instituto de Bienestar Rural, antecesor del Instituto de Desarrollo Rural y de la Tierra (Indert) recuperar un conjunto de cuatro cerros que rodean a la ciudad de San Lázaro.
La comunidad de San Lázaro está ubicada en el extremo norte del departamento de Concepción, en las inmediaciones de la confluencia de los ríos Paraguay y Apa, en la frontera con Brasil.
La reivindicación por los cerros es una lucha que lleva más de 50 años y ni siquiera la sentencia de la Corte Suprema de Justicia es suficiente para que la comunidad de San Lázaro pueda disponer de los cuatro cerros de piedra caliza.
La propiedad volvió a manos del Indert sin que el instituto agrario haya movido un solo dedo para recuperar predios que se titularon de forma ilegal en favor de la firma Minera San Lázaro.
Confirma corrupción
Los cuatro cerros que rodean a San Lázaro ocupan una superficie estimada en 114 hectáreas, distribuidas en cuatro lotes diferentes.
Los lotes de referencia fueron entregados al señor Alberto Zacur, según se lee en la Resolución 1258 del 16 de noviembre de 1965, firmada por el consejo del entonces IBR.
Alberto Zacur vendió los lotes a Minera San Lázaro. En la sentencia de la Corte Suprema se lee: “Se fueron sucediendo una serie de actos administrativos irregulares...por el que se transfiere a favor de Minera San Lázaro SA cuatro fracciones de terreno con todo lo edificado, clavado y plantado”.
Alberto Zacur era arrendatario de tierras públicas. No tenía potestad legal para realizar una transferencia dado que era un simple inquilino con potestad limitada a la explotación comercial de piedra caliza.
Tierras vuelven a Indert
La sentencia Nº 188/08 permitió al Indert restituir 114 hectáreas de tierra a su patrimonio, gracias a una lucha liderada por la Asociación de Caleros Unidos.
¿Qué pretenden en San Lázaro? Utilizar los cerros para trabajar, nada más.
Esas 114 hectáreas pueden marcar la diferencia para una pequeña comunidad que vive a espaldas del Estado, sin duda alguna es una oportunidad para tener mejores condiciones de vida.
El Indert, sin embargo, hace oídos sordos al pedido de San Lázaro. La desinformación lleva a la comunidad a creer que los cerros pueden venderse de nuevo.
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roque@abc.com.py