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Narvaja manifestó que su intención es “poner orden al desorden” que encontró. Agregó que su misión es “cuidar el patrimonio del Estado que en estos momentos está disperso en todo el país y nadie sabe dónde están los títulos de propiedad”.
Reveló que desde el año 2005 (durante el gobierno colorado de Nicanor Duarte Frutos) los escribanos del sector privado comenzaron a hacer escrituras de instituciones públicas y dejan de lado a la Escribana Mayor.
“Vine (con el gobierno de Horacio Cartes) a cumplir con una función que es hacer las escrituras. Lo más absurdo que encontré es que yo soy escribana mayor de Gobierno y resulta que yo tengo vedado por la ley hacer las escrituras. ¿Para qué estoy?”, se preguntó y seguidamente ella misma se respondió: “Para asistir a la transmisión de mando, juramento. Es una parte importante, pero lo importante es realizar las transferencia donde el Estado es parte, gestiona, guarda y preserva el patrimonio del Estado, que es caótico”, añadió.
Narvaja expresó que no tiene ningún tipo de interés de perjudicar a sus colegas, pero añadió que está obligada a corregir lo que se estableció en el 2005.
Indicó que hace 32 años se dedica a la profesión de escribana “y nunca hice una escritura pública. Hay una élite que hace (trabaja con instituciones públicas) y quieren acusarme de que cobraré doble honorario”, hecho que negó porque ya cuenta con el salario del Estado. “Yo solo quiero hacer bien las cosas como en mi vida hice”, añadió.
Narvaja aclaró que están las escrituras públicas que tramitan las municipalidades y las entidades binacionales (Itaipú y Yacyretá).
Recordó que hace unos meses recién el Palacio de López tiene título de propiedad, así como otros entes públicos.
Enfatizó que actualmente existen miles de escuelitas, centros de salud y alcaldías policiales en las que no se puede invertir porque no tienen títulos. No se hicieron las escrituras de las transferencias porque eran productos de donaciones, transferencias de municipios, casos en que los escribanos particulares no tienen interés porque no cobran nada, según Narvaja.