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El legislador sostuvo ayer que las acusaciones en su contra se dan por “confusas circunstancias que generan sospecha” hacia su conducta. El parlamentario y su esposa, la exmodelo Lorena Plabst, están imputados por cobro indebido de honorarios y estafa. El parlamentario fue intensamente requerido por la prensa, pero solo accedió a hablar con un medio, la radio 800 AM.
“No quiero usar el cliché que muchas veces usamos los políticos, la excusa de la persecución política. Entiendo que vivimos un nuevo tiempo, un tiempo en que la sospecha hacia la clase política está dada a priori, y cualquier circunstancia que genera duda o sospecha genera un prejuicio de condena previa, incluso en los medios de comunicación”, se defendió.
En la Cámara Baja está pendiente el pedido de desafuero del legislador por haber inscripto como funcionarios a los caseros de su quinta y quedarse con parte de sus salarios. La justicia también lo investiga por su vinculación en un negociado de tierras de la reforma agraria usando a un testaferro.
Resaltó que este tipo de reacciones nunca se daba hasta tener conclusiones en los órganos jurisdiccionales. “Pero comprendo la situación”, aseguró.
“Existe en la ciudadanía una acumulación de desilusiones, de desengaños hacia sus líderes políticos, y yo soy parte de esa clase política. Tengo que convivir con eso y tengo que tratar de reconquistar la confianza pública”, aseveró.
Eludió responder sobre si el presidente de la República, Horacio Cartes, cerró el contacto con él tras las denuncias y solo dijo que la bancada colorada en Diputados trabaja en forma coordinada con el Ejecutivo. “Mi vocación es servir a la gente. (...) Estoy sometido a la justicia y no voy a usar mis fueros para defenderme ni para encubrirme”, alegó.
Finalmente sostuvo que está absolutamente “tranquilo y confiado”.