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–¿Qué le impulsa a candidatarse? El terreno va a estar muy disputado.
–Lo que me impulsa es el compromiso político dentro de un esquema de diálogo genuino, fraternal con la idea de que triunfe el país. Si los correligionarios creen que puedo ser el elegido, estoy dispuesto a asumir la responsabilidad. Creo que estoy capacitado. El Paraguay ya no se puede pegar más el lujo de soportar improvisados en función de gobierno como estos últimos 25 años.
–¿Con qué aliados piensa correr?
–Estoy hablando con varios sectores de mi partido y luego ver la forma de consolidar una alianza. Hay un sector social inarticulado que no tiene representación política.
–¿Cuál?
–Lo que en su época fue Fadul, o en el 93 Caballero Vargas. Este grupo es sociológicamente el que quitó 20 y tantos por ciento de los votos (en el 93). Ese grupo no se siente representado hoy. También hay todo un sector social que reivindica el combate a la pobreza. Acá tenemos un sistema político en donde el pueblo no se siente representado. Entonces tenemos que buscar una alianza que articule y represente verdaderamente a esa gran mayoría de paraguayos. Tenemos que hacer coincidir el Paraguay social con el Paraguay político. Ese es el desafío de la gran alianza. De otro modo vamos a seguir con las crisis interminables que han caracterizado al pos-stronismo.
–No figura en su lista la izquierda luguista, con la que el Partido Liberal ganó en el 2008. ¿Por qué?
–Yo creo que ese sector de la izquierda va a ser el menos proclive a una alianza con el Partido Liberal. Con Avanza País triunfamos en Asunción hace muy poco.
–Está fresco.
–Es una izquierda que tiene otras características, otra agenda política electoral más propicia para una alianza con el Partido Liberal. Con el Frente Guasu va a ser más difícil arreglar por todo lo que pasó (en el gobierno 2008-2012). Hoy debemos mirar el futuro y la sociedad demanda liderazgo. El actual Presidente por ejemplo carece de liderazgo. Estamos viendo que se le desborda el país. Lo mismo pasó con Lugo. Se le desbordó todo por falta de liderazgo. El precio que pagamos los paraguayos por los malos gobiernos es cuantioso y eso es lo que tenemos que tratar de evitar con un gobierno razonable de consenso en el próximo período. Además necesitamos un fuerte apoyo en el Congreso. En el sistema político paraguayo el Parlamento tiene una incidencia fundamental. Entonces, el objetivo de este proyecto debe ser conseguir una mayoría parlamentaria para hacer gobernable el país. Solamente así vamos a estar en condiciones de llevar adelante los planes de desarrollo.
–El electorado es cada vez más exigente. Reclama se acabe esa relación con la mafia, la narcopolítica.
–Hay que tener en cuenta algunos factores. No se puede desconocer la maquinaria de los partidos. El proceso electoral no ha sido amigable en la selección de dirigentes. Eso es real. Pero también hay que reconocer algo: la gente no se anima a participar. Es cómoda. La ciudadanía tiene que tener una participación más activa. Hay que estar en las calles, en los partidos políticos, en los espacios públicos. Los griegos llamaban “idiotas” a los que no participaban en política porque no se preocupaban del bien común.
–Ciudadanía “idiota”.
–La ciudadanía tiene que participar. No es fácil esto. Es la construcción de liderazgos y de una nueva cultura política y de un nuevo estilo de gestión política. Pero no se puede dejar todo en manos de los políticos. La ciudadanía tiene que comprometerse. Cuesta pero tiene que comprometerse.
–No participa porque está desengañada. Ve en el Congreso a los mismos sinvergüenzas de siempre.
–Los paraguayos tenemos que superar el trauma de creer que hay esperanza, pero no para nosotros. Creo que es muy complicado construir el futuro si no creemos en nuestra esperanza. Entiendo las frustraciones, entiendo por qué la gente está enojada con la política pero creo que la única solución es entrar: dinamitar para dinamizar. No podemos mirar siempre desde afuera. Seguro que otros se van a aprovechar. Hay que estar en las redes, en las calles, en los partidos. Todo se corrige con participación. De lo contrario, los únicos que van a seguir ganando son los oportunistas. En estos veinte y tantos años de transición democrática se ha defraudado y se ha estafado al pueblo paraguayo porque la gente no participa. No puede haber República con orfandad popular.
–¿Cómo arroparse de popularidad si busca consensos con caudillos que rayan en la delincuencia?
–La política se hace con los que están ahí para los que van a estar mañana. Esa es la realidad... Están los cuadros políticos. No se puede gobernar el país así como gobierna el presidente Cartes, que dice “yo voy a gobernar con técnicos porque resulta que mi partido es una bolsa de corruptela y corrupción”. Uno tiene que llegar en función política y de líder. El Presidente tiene que poner orden a los ministros, a los secretarios de Estado y a los que ocupan cargos. Lo que no se puede hacer es decir: “Voy a gobernar con mis técnicos”. Es un engaño. Quién le puede creer cuando dice: “Estoy trabajando con unos puritanos” en medio de la corruptela. Yo creo se equivoca el que no entiende que el Paraguay se construye con elementos de la política tradicional y de la política moderna. Nadie es turista aquí. ¡No hay que fabular! ¡No hay que ficcionar! ¡No hay que fantasear! Lo que necesitamos es que alguien nos ponga en la senda correcta para marchar y yo creo estar en condiciones para eso. Creer que el Paraguay no se puede construir con lo que hoy día existe, no va a poder hacer nada. Tenemos que juntar todas las fuerzas para avanzar. Como le dije, no podemos improvisar más. Este proceso tiene una morosidad, una parálisis fruto de la falta de coraje, ¡porque no se ha gobernado con los huevos bien puestos, compañero!
–¿Cuáles serían los objetivos de un hipotético gobierno de Mateo?
–Primero, se necesita autoridad. Lo que no se puede es gobernar sin autoridad porque el proceso político se encarga en cinco años de pulverizar a cualquiera que fue electo.
–La tradición dice tres. Los presidentes hablan de reelección, para que no les den palos a los tres.
–Aquí hay que llegar a los cinco años con un programa a realizar. Yo me propongo tres objetivos, no más: salud, trabajo y seguridad. Y no nos podemos olvidar Itaipú.
–¿Por qué más salud que educación?
–Porque el enfermo no se educa ni trabaja. En nuestro país hay un problema serio de salud. Este gobierno se ha aplazado en este tema. La salud tiene que ser un derecho garantizado por el Gobierno. No tiene que ser una cosa meramente declarativa.
–¿Qué hay de Itaipú?
–Paraguay tiene que recuperar su pleno derecho en Itaipú. En el 2023 vence su pasivo. Paraguay tiene que saber qué va a hacer con esa energía. Por otra parte, tenemos que reivindicar nuestra parte en Yacyretá en donde Argentina tampoco paga como se debe. Se tenía que haber renegociado el Anexo C. No se renegoció. Para esas cosas, el Paraguay tiene que tener una posición clara y firme sin compromisos subterráneos ni con Brasil ni con Argentina. El compromiso es con la Patria. Vamos a exigir nuestros derechos. Y de eso estaremos hablando en el próximo quinquenio que está a la vuelta de la esquina.
–¿Usted cree que hay que insistir con Mercosur, que tolera a gobernantes fanáticos y autoritarios como Maduro? Su camarada (Evo) Morales ya hace gimnasia para entrar.
–Este gobierno cometió un grave error al aceptar a Venezuela en el Mercosur. Es la misma Venezuela del 2012 y del 2013. Es una falacia. Creo que hasta se especuló –con esa mentalidad mendicante de algunos de nuestros compatriotas– con que nos iban a perdonar la deuda de (300 millones de dólares) PDVSA.
–¿No le conviene más al Paraguay buscar a la Alianza Pacífico?
–Mercosur está en estado de inacción. Está muerto. Se hizo más político que comercial. Es cerrado. Tenemos que dejar de especular. Si vamos a salir, salgamos viendo lo que nos conviene. Hay que ver qué exportamos a la Alianza Pacífico: a Chile, a Perú, a Colombia, a México. Es mínimo comparado con lo que vendemos a Brasil o Argentina.
–¡Volvamos a las relaciones bilaterales! ¿De qué sirve perder el tiempo detrás de Venezuela?
–Es algo para analizar. Venezuela solo nos trajo perjuicio. El multilateralismo está en crisis y el bilateralismo está resurgiendo. Paraguay siempre fundó su autonomía en sus relaciones bilaterales y nosotros tenemos una necesidad perentoria de fortalecernos extrazona. Necesitamos una integración abierta porque tenemos que importar bienes de capital y es inaceptable que nos pongan un arancel de 25%. Paraguay necesita capitalizar su agricultura, su pequeña industria, su maquila, sus servicios. Necesitamos acceso al mercado. Tenemos que ser competitivos. Es nuestra garantía.
(holazar@abc.com.py)