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El jueves se cumplieron 14 años de la muerte del presidente Andrés Rodríguez, el hombre que lideró la gesta libertadora del 2 y 3 de febrero de 1989, que trajo la democracia al Paraguay después de casi 35 años de dictadura. Rodríguez restauró las libertades, mandó apresar a los ladrones públicos, hasta entonces intocables, y reinició el vínculo del país con el mundo exterior.
"El general Rodríguez será recordado por la historia como un héroe. Teniendo el Paraguay héroes de verdad, hoy se pretende sustituirlos por los de afuera", dijo en declaraciones a ABC el general Mauricio Díaz Delmás, ex comandado de Rodríguez durante la revolución que derrocó al autoritario mandamás y actual presidente de la Asociación de Oficiales de Caballería.
Hacía referencia a los izquierdistas allegados al presidente Fernando Lugo que manifiestan públicamente su desprecio por los logros del 2 y 3 de febrero y enarbolan banderas con efigies del Che Guevara, Fidel Castro y Hugo Chávez.
Kóa jajokobráta
El coronel Félix Balmori, que también fue protagonista de aquella rebelión contra Stroessner, recordó la frase del finado hijo primogénito del dictador (Gustavo Stroessner), quien todavía lleno de soberbia antes de ser conducido preso a la Caballería, dijo aquella madrugada del 3: "Kóa jajokobráta. Ne mandua cherehe" (Esto les vamos a cobrar. Acuérdese de mí).
Dicho y hecho. Desde el día en que el general Rodríguez pronunció la frase "¡Misión cumplida!" y entregó el poder a un civil el tristemente recordado Wasmosy la venganza se preparó meticulosamente hasta que se patentizó a través del golpe parlamentario de 1999 que llevó a los descendientes del stronismo al poder, respaldado por liberales y encuentristas que le dieron fachada democrática al régimen de persecución, tortura y muerte.
Stronistas a la cárcel
No era para menos la furia stronista. El gobierno del general Rodríguez fue el único en la historia que mandó tras las rejas, sin contemplaciones, a la odiada gavilla que rodeaba al dictador: el llamado "cuatrinomio de oro" (Mario Abdo Benítez, J. Eugenio Jacquet, Adán Godoy Jiménez, se había fugado Montanaro), el que fuera ministro de Educación, Ortiz Ramírez; Romeo Acosta, del Banco Central; Manuel M. Esquivel, Ramón Aquino, Eudes Pereira, Justo Eris Almada; Gral. Knofelmacher, de Acepar; Ugarte Centurión, de Industria y Comercio, a todos los policías torturadores encabezados por el temible Pastor Coronel, entre otros.
Sin embargo, la benevolencia del gobierno de Rodríguez, que tuvo entre sus parámetros la reconciliación entre los paraguayos, lo llevó a perdonar a aquellas fieras que hicieron estragos durante la dictadura y quienes, al revitalizarse, aplicaron su vendetta, con el saldo conocido en el 2003: un país esquilmado, en virtual cesación de pagos e impunidad absoluta de sus responsables.
Numerosos presidentes visitaron Paraguay
Precedido por su fama de haber volteado a Stroessner, igualmente Rodríguez fue el gobernante que más jefes de Estado extranjeros recibió en nuestro país, además de ser el aglutinador de la formación del Mercosur, cuyo tratado se firmó en Asunción, después de años de intentos de formación de un bloque económico y político entre Argentina y Brasil, dificultado por la desconfianza y el celo entre los dos países más grandes de Sudamérica.
Ni la ingratitud...
"Pero ni la ingratitud de los políticos puede alcanzar los méritos que dejó la contribución del general Rodríguez para forjar la historia del Paraguay. Su nombre está grabado en la historia del pueblo. Nosotros, los jinetes que lo acompañamos en aquella hazaña, sin pensar en el riesgo de nuestras vidas y las de nuestras familias, lo hicimos porque confiamos ciegamente en su mando", dijo Balmori. "Las traiciones, las persecuciones posteriores, la destrucción de nuestros cuarteles van a quedar como anécdota. Lo importante es que un grupo de militares arrojados y valientes hicieron para forjar la grandeza de nuestra patria", subrayó el militar retirado.
"El general Rodríguez será recordado por la historia como un héroe. Teniendo el Paraguay héroes de verdad, hoy se pretende sustituirlos por los de afuera", dijo en declaraciones a ABC el general Mauricio Díaz Delmás, ex comandado de Rodríguez durante la revolución que derrocó al autoritario mandamás y actual presidente de la Asociación de Oficiales de Caballería.
Hacía referencia a los izquierdistas allegados al presidente Fernando Lugo que manifiestan públicamente su desprecio por los logros del 2 y 3 de febrero y enarbolan banderas con efigies del Che Guevara, Fidel Castro y Hugo Chávez.
Kóa jajokobráta
El coronel Félix Balmori, que también fue protagonista de aquella rebelión contra Stroessner, recordó la frase del finado hijo primogénito del dictador (Gustavo Stroessner), quien todavía lleno de soberbia antes de ser conducido preso a la Caballería, dijo aquella madrugada del 3: "Kóa jajokobráta. Ne mandua cherehe" (Esto les vamos a cobrar. Acuérdese de mí).
Dicho y hecho. Desde el día en que el general Rodríguez pronunció la frase "¡Misión cumplida!" y entregó el poder a un civil el tristemente recordado Wasmosy la venganza se preparó meticulosamente hasta que se patentizó a través del golpe parlamentario de 1999 que llevó a los descendientes del stronismo al poder, respaldado por liberales y encuentristas que le dieron fachada democrática al régimen de persecución, tortura y muerte.
Stronistas a la cárcel
No era para menos la furia stronista. El gobierno del general Rodríguez fue el único en la historia que mandó tras las rejas, sin contemplaciones, a la odiada gavilla que rodeaba al dictador: el llamado "cuatrinomio de oro" (Mario Abdo Benítez, J. Eugenio Jacquet, Adán Godoy Jiménez, se había fugado Montanaro), el que fuera ministro de Educación, Ortiz Ramírez; Romeo Acosta, del Banco Central; Manuel M. Esquivel, Ramón Aquino, Eudes Pereira, Justo Eris Almada; Gral. Knofelmacher, de Acepar; Ugarte Centurión, de Industria y Comercio, a todos los policías torturadores encabezados por el temible Pastor Coronel, entre otros.
Sin embargo, la benevolencia del gobierno de Rodríguez, que tuvo entre sus parámetros la reconciliación entre los paraguayos, lo llevó a perdonar a aquellas fieras que hicieron estragos durante la dictadura y quienes, al revitalizarse, aplicaron su vendetta, con el saldo conocido en el 2003: un país esquilmado, en virtual cesación de pagos e impunidad absoluta de sus responsables.
Numerosos presidentes visitaron Paraguay
Precedido por su fama de haber volteado a Stroessner, igualmente Rodríguez fue el gobernante que más jefes de Estado extranjeros recibió en nuestro país, además de ser el aglutinador de la formación del Mercosur, cuyo tratado se firmó en Asunción, después de años de intentos de formación de un bloque económico y político entre Argentina y Brasil, dificultado por la desconfianza y el celo entre los dos países más grandes de Sudamérica.
Ni la ingratitud...
"Pero ni la ingratitud de los políticos puede alcanzar los méritos que dejó la contribución del general Rodríguez para forjar la historia del Paraguay. Su nombre está grabado en la historia del pueblo. Nosotros, los jinetes que lo acompañamos en aquella hazaña, sin pensar en el riesgo de nuestras vidas y las de nuestras familias, lo hicimos porque confiamos ciegamente en su mando", dijo Balmori. "Las traiciones, las persecuciones posteriores, la destrucción de nuestros cuarteles van a quedar como anécdota. Lo importante es que un grupo de militares arrojados y valientes hicieron para forjar la grandeza de nuestra patria", subrayó el militar retirado.