Salpicados por lavado en Brasil, tranquilos en Paraguay

Procesados por lavado de dinero en Brasil siguen operando tranquilamente en Paraguay. Usando una casa de cambios con sucursales en ambos países blanqueaban fondos provenientes del contrabando de cigarrillos, drogas y hasta de armas. La denuncia del Ministerio Público del vecino país menciona en un solo documento 137 veces a Paraguay. Con todos estos elementos, las autoridades paraguayas siguen sin investigar el caso.

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En agosto de 2017, el nombre de Safira Cambios saltó como parte de un esquema de lavado de dinero en Brasil. Documentos oficiales del Ministerio Público y la Policía Federal del vecino país detallan cómo, a través de estas entidades, se sacaba y metía dinero desde Paraguay y Brasil.

Más de un año después, Safira Cambios sigue operando sin problemas en Paraguay, a pesar de que los mismos directivos que son investigados en Brasil figuran ligados a la firma en nuestro país.

Una red familiar

De acuerdo a la investigación de las autoridades brasileñas, Safira Cambios formaba parte de una red de casas de cambio que se dedicaban al lavado de dinero. Como cabecilla de toda la estructura aparecía Jackson Gavazzoni, hijo de Olmar Gavazzoni y Nilse María Barcolo Gavazzoni.

En Paraguay, Safira Cambios tiene como directivos a Adriana y Daniele Gavazzoni, hermanos de Jackson y también denunciados como parte del esquema.

Según información comercial, la casa de cambios fue constituida en Ciudad del Este en 2008, poco después de que se creara la misma empresa en Brasil.

El crecimiento fue tal que un año después, en 2009, abrió una sucursal en Asunción. Esa sede fue clausurada en 2013 debido a que no contaba con los movimientos esperados.

Adriana Gavazzoni también aparece vinculada en Paraguay a la firma Pontem SA, una importadora creada en 2016 con un capital de G. 500 millones.

En Brasil, la familia Gavazzoni es propietaria además de empresas de turismo, estaciones de servicio y hasta una churrasquería, todas utilizadas como fachada del movimiento ilegal de dinero.

Cigarrillos, drogas y armas

Según la justicia brasileña, los Gavazzoni montaron una compleja red que permitía lavar dinero de contrabandistas de cigarrillos, traficantes de armas y narcotraficantes.

Cuando los criminales necesitaban pagar a sus “proveedores” en Paraguay, recurrían a Safira Cambios. A partir de ahí comenzaba a funcionar la maquinaria.

Los “proveedores” paraguayos contactaban con sus casas de cambios amigas y les pedían números de cuenta bancarias brasileñas donde podían recibir los depósitos. Los dueños de las casas de cambio paraguayas contactaban a Jackson Gavazzoni para pedirles los datos de las cuentas bancarias, donde se recibían los depósitos.

Los comprobantes de los depósitos de dinero eran enviados a los “proveedores” paraguayos, quienes a su vez los presentaban ante los dueños de las casas de cambio paraguayas.

Las casas de cambio en Paraguay entregaban el dinero correspondiente y luego Jackson Gavazzoni hacía pasar el monto físico de forma inmediata desde Foz de Iguazú a Ciudad del Este.

“No podía justificar el origen”

Uno de los testigos citados por la fiscalía brasileña, Jorge Samways, reconoció haber utilizado a Safira Cambios desde Paraguay para el envío de dinero a Brasil.

El ciudadano brasileño relató ante las autoridades del vecino país tener una casa y un negocio en Santa Rita, departamento de Alto Paraná, desde donde realizaba los envíos de dinero.

Cuando se le consultó el porqué recurrió a esta forma para realizar las remesas desde Paraguay, Samways no dio demasiadas vueltas: “No tenía forma de demostrar el origen del dinero que pretendía enviar”.

El esquema operó durante casi una década, hasta que en agosto del año pasado se desató el operativo Hammer-on en Brasil y se detuvo a parte de los involucrados.

juan.lezcano@abc.com.py

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