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Agregó que ese rol pasivo de Seprelad sumado a las bajas penas por lavado en Paraguay hacen que se complique la lucha contra el flagelo. Al ser consultado cómo afecta este tipo de casos a la imagen país, respondió que internacionalmente lo que se mira es cómo las instituciones que administran la justicia se están sofisticando y de qué manera van gerenciando casos, coadyuvados por la Interpol.
“Paraguay va perdiendo así esa reputación que tuvo en los 70, 80 y 90 inclusive, de ser un país de ‘perfil bajo’, donde cualquiera con malos antecedentes podía vivir tranquilo aislado del mundo. Pero resulta ser que Paraguay ya no está tan aislado como solía estar, por eso se terminan conociendo los casos”, opinó. Agregó que con toda la interconectividad que existe en materia de rastreo de cuentas, llevado adelante primero con el Gobierno americano iniciado tras el 11 de setiembre, esconder bienes y fondos se hace muchísimo más difícil y ello hace que cualquier jurisdicción de justicia que busque a alguien, tenga los elementos necesarios para procesarlos. “Ni Suiza goza del secreto bancario, gracias al Gobierno americano de cortar las cuentas de corresponsalías en Nueva York”, apuntó.