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Ni siquiera se ha discutido el precio, según los referentes del Gobierno, porque se lo dejó para el final de las tratativas. La situación inquieta a los técnicos del sector energético, puesto que la electricidad es el principal producto de consumo de la Empresa Electrointensiva (EIE), que exige una provisión continua de 1.100 megavatios todo el año.
El gobierno de Franco asegura que no subsidiará la electricidad a la multinacional de aluminio; sin embargo, el titular de la cartera Industria y Comercio, Francisco Rivas, en una de las tantas entrevistas con los medios de prensa, dijo el año pasado que una tarifa razonable para Rio Tinto sería US$ 45 el megavatio hora. El ahora viceministro de Comercio, Diego Zavala, cuando era coodinador del Equipo Técnico Interinstitucional (ETI), creado para atender todo lo concerniente a la inversión de RTA, decía que una tarifa de US$ 60 MWh era muy cara para la megaindustria.
Cuando se empezaba a discutir ese aspecto en 2011, la ANDE todavía desconocía el costo de su energía. Es más, tampoco tiene una tarifa para las industrias del tipo de RTA. Solo posee un cuadro tarifario para las pequeñas electrointensivas, que consumen hasta 50 MWh (RTA requiere 1.100 MW). La tarifa fue fijada por decreto el año pasado, mediante el cual se redujo el precio de US$ 60 MWh a US$ 37 MWh.
La ANDE sigue sin tener una tarifa para las EIE, pero por lo menos ya sabe el costo marginal de su energía. Un grupo de técnicos, luego de realizar un análisis con la fundación Bariloche, concluyó que el costo oscila entre US$ 44 MWh y US$ 53 MWh. Es decir que la cifra “razonable” para el ministro Rivas, de US$ 45 MWh, ni siquiera alcanza el costo marginal de la ANDE, de US$ 53 MWh. Hay una diferencia de US$ 8 MWh.
De acuerdo con las explicaciones de los técnicos, a esos costos marginales se deben sumar las inversiones en nuevas líneas de transmisión y nuevas fuentes de generación eléctrica, por lo que la tarifa superaría los US$ 60 MWh.
A dedo, con plata de Itaipú
Una de las primeras medidas bajo el gobierno de Fernando Lugo fue la contratación de una consultora para los estudios económicos y de tarifa eléctrica. La elegida a dedo fue la CRU Strategies, por US$ 470.000, financiados con dinero de la Itaipú. La consultora recomendó al Gobierno que aplique una tarifa de entre US$ 35 y US$ 38 el megavatio hora (MWh). Allí comenzaron las discusiones, porque los técnicos del Viceministerio de Minas y Energía decían que no podía ser menor a US$ 60. Luego de muchas discusiones, la ANDE decidió a mediados del año pasado hacer su propio estudio. No de tarifa, sino del costo marginal de su energía. Determinó que se mueve entre US$ 44 y US$ 53 MWh.