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Rodrigo Granda, el "canciller de las FARC", capturado el 13 de diciembre en una confusa operación policial en Caracas, no solo encendió la chispa de una grave crisis diplomática con Venezuela. Ahora hay pruebas de que sus tentáculos llegaron hasta Paraguay. Varios correos electrónicos interceptados por las autoridades paraguayas con la ayuda de Microsoft, el gigante de las comunicaciones, no dejan duda sobre la complicidad del guerrillero en el secuestro, el pasado 21 de setiembre, de Cecilia Cubas Gusinky, hija del ex presidente Raúl Cubas y quien fue encontrada muerta el miércoles de la semana pasada en un apartamento en las afueras de Asunción, la capital paraguaya.
Oficiales de la Policía y funcionarios de la Fiscalía colombiana que viajaron a Asunción para apoyar la investigación aseguran que algunos de los correos electrónicos que se cruzaron Granda y Osmar Martínez, líder de Patria Libre, un grupo de izquierda paraguayo, autor del secuestro, indican que Granda dio asesoría en el manejo del secuestro, dado que los captores no tenían la experiencia suficiente.
El jueves 9 de setiembre, días antes del secuestro, Martínez envió un correo desde su dirección electrónica musguero@hotmail.com, a la que utilizaba Granda, trotador505@hotmail.com, en el que le solicita consejo porque los enemigos de las actividades de izquierda de Paraguay le estaban "haciendo la guerra", y le comunica su intención de seguir con el plan del secuestro. Escrito en términos agrícolas, para desviar la atención, el mensaje dice en uno de sus apartes: "Por aquí el campo está ardiendo y más que nunca necesitamos seguir el ejemplo de ustedes y para tal como dijiste (sic), nos necesitamos. El proyecto del cultivo (secuestro) sigue y en cualquier momento tendremos novedad".
Las autoridades tienen claro que las dos direcciones electrónicas corresponden a Granda y a Martínez. A comienzos de 2004, cuando le hacían seguimiento al guerrillero en Colombia y Venezuela, interceptaron sus casilleros electrónicos y confirmaron que desde trotador505@hotmail.com, Granda había enviado mensajes a varios familiares en Colombia y Ecuador, informándoles que él y sus hijas estaban bien.
CECILIA CUBAS
Tras el secuestro de Cecilia Cubas, sus captores lanzaron una ofensiva para lograr un millonario rescate, pero como no sabían cómo adelantar la negociación, decidieron solicitar la ayuda de Granda. "Aquí ya se hizo la siembra (secuestro) y no tenemos agrónomo (negociador) para asesorar la producción (negociación)", dice un correo fechado el 26 de setiembre. No hay registros que permitan establecer la forma en que Granda u otros miembros de las FARC orientaron el manejo del secuestro, pero los investigadores están convencidos de que lo hicieron a través de otros medios.
El 28 de setiembre, una semana después del secuestro, los secuestradores enviaron el siguiente mensaje: "Exijo el cumplimiento estricto de las normas para que haya mayor confianza en la comunicación. Que esta vez, la prensa, la Policía y la Fiscalía no se enteren de esta comunicación, si usted quiere resolver lo antes posible. Nos comunicaremos a través de este medio cantagrillo@yahoo.com.ar". Y, a mediados de octubre, comenzaron a negociar al mejor estilo de las FARC, dando muestras de la mayor crueldad: "No creo que la fruta (la secuestrada) pueda aguantar más tiempo, recuerde que ya se está pudriendo. Si no mejora la oferta, no habrá más pruebas y tampoco podré garantizar nada. Ya basta de historietas aburridas".
Según las autoridades, el 12 de noviembre, los secuestradores recibieron 800.000 dólares de la familia Cubas como parte de los tres millones de dólares que pedían por la liberación de Cecilia, quien fue encontrada muerta la semana pasada en una vivienda de Ñemby, en las afueras de Asunción.
Fue el trágico punto final de uno de los secuestros más crueles, si no el más cruel, que se haya registrado en Paraguay. Y una pista más para establecer la verdadera historia de Granda y de las relaciones de las FARC con delincuentes de otros países.
MUCHO MAS QUE MENSAJERO
Cuando Granda fue capturado en diciembre y su nombre, reseñado por los organismos de investigación como el más importante contacto de las FARC en el exterior, no pocos se apresuraron a descalificar su condición de pez gordo y a asegurar que se trataba de un personaje de segunda, de un simple mensajero del grupo subversivo. "Granda era un mensajero de las FARC, no el canciller de las FARC, aseguró el representante Gustavo Petro. Con reelección a la vista es absolutamente conveniente hacer creer que todo guerrillero que se captura es un mando, porque da la impresión que se está destruyendo a las FARC".
En Venezuela, funcionarios del gobierno de Chávez, como el ministro del Interior, Jesse Chacón, explicaron las razones por las cuales Granda aparecía con ciudadanía venezolana. "No tenía antecedentes penales", dijeron. Sin embargo, detrás de la fachada del diplomático fue surgiendo el delincuente.
No solo su participación en el secuestro de Cubas les dio la razón a quienes conocían sus antecedentes. Las autoridades colombianas tenían información vieja, según la cual, en 2002, Granda y Luis Alberto Albán, Marcos Calarcá, establecieron contactos en México para que Carlos Ariel Charry, sindicado de narcotráfico al servicio de las FARC, pudiera negociar la droga del grupo guerrillero con el cártel de Juárez.
Pero no solo las autoridades colombianas han insistido en la importancia de Granda dentro de la organización de Tirofijo. Osmar Martínez, quien está detenido desde enero, aseguró en una carta enviada a diferentes medios de comunicación paraguayos: "Las FARC son miembros del Congreso Bolivariano de los Pueblos, y Granda es delegado internacional en congresos y seminarios de izquierda". Al tiempo que negó su participación en el secuestro de la joven, confirmó su estrecha relación con las FARC, a quienes llamó "organización hermana".
Las investigaciones en Asunción y en Colombia continúan. El gobierno paraguayo contempla la posibilidad de exigir la extradición de Granda, mientras en Colombia las autoridades están tras la pista de cuatro hombres que habrían apoyado al canciller Granda en el secuestro de la hija de un ex presidente de Paraguay.
GUIA AL CAGUAN
Dentro de la información que las autoridades tienen sobre el pasado de Rodrigo Granda y sus conexiones con Venezuela, uno de los últimos hallazgos tiene que ver con una agenda que le incautaron tras su captura en un confuso incidente policial en Venezuela en diciembre pasado.
En la agenda figuraban el número telefónico y la dirección de la casa del militar venezolano Ramón Madriz Moreno, quien, según las autoridades, acompañó en varias oportunidades al entonces subdirector del Servicio de Inteligencia Venezolano (Disip), Ramón Rodríguez Chacín, a la zona del Caguán a entrevistarse con miembros de las FARC. Rodríguez Chacín, muy cercano al presidente Hugo Chávez, tenía amplios poderes para intervenir en negociaciones para liberar venezolanos secuestrados por las FARC.
La cercanía de Madriz y Rodríguez Chacín quedó en evidencia el 22 de febrero de 2000, cuando las autoridades establecieron que los dos habían viajado desde Caracas al Caguán para reunirse con Tirofijo y sus hombres. Pero no solo ese viaje quedó registrado: el 15 y el 22 de agosto del mismo año, Madriz ingresó en otras dos oportunidades a Colombia y fue a San Vicente del Caguán. Una prueba más de la relación de funcionarios venezolanos con el grupo guerrillero.