Revelan en EE.UU. que ATF se infiltró en Grupo Cartes

Jason Carpenter dijo que él y dos personas más –una de ellas su hermano– se infiltraron en al menos dos empresas del Grupo Cartes en una operación encubierta del Buró de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF). El objetivo central era buscar negocios ilícitos en empresas del Grupo Cartes. Esto consta en varios documentos del Departamento de Justicia de los Estados Unidos, que tomó declaraciones a estas personas bajo juramento.

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Jason Carpenter se sentó en la sede del bufete de Butler Snow LLP el 17 de noviembre de 2015 en Birmingham, Alabama, y dio su declaración, bajo juramento, en una Corte distrital de Carolina del Norte, en los Estados Unidos. El documento donde se hacen constar sus declaraciones fue clasificado como “altamente confidencial”.

Carpenter fue uno de los dos empresarios tabacaleros que, junto a Christopher Small, fueron contratados por el Buró de Alcohol, Tabaco y Explosivos (ATF) para infiltrarse dentro de Tabacalera del Este S.A. y comprobar que esta hacía contrabando dentro de los Estados Unidos. La operación se extendió desde 2008 hasta 2013. El informante trabajó para una empresa llamada Big South Distribution y dejó su cargo en 2013, el mismo año en el que ATF cerró la investigación a Tabesa y en el que Cartes fue elegido como presidente del Paraguay. 

El infiltrado contó que consiguió que su hermano, Tim Carpenter, fuera empleado –también como infiltrado– para la empresa Tabacos USA, que no es otra cosa que la representación de Tabesa en EE.UU. Sus oficinas están en el estado de Pensilvania. Agregó que la Tabacalera del Este era el “objetivo” del gobierno de EE.UU. desde diciembre de 2008. El foco principal fue saber cómo Tabesa hacía contrabando hacia EE.UU., una cuestión que fue probada, según documentos oficiales.

Establecer esta conexión con Tabesa y ganarse la confianza de sus empresarios no le costó barato al gobierno de EE.UU.: ATF gastó, al menos, US$ 2.500.000 en fomentar esta relación, según declaró Jason Carpenter bajo juramento.

López Moreira 

El jefe de Gabinete Civil, Juan Carlos López Moreira, también es nombrado en la declaración de Jason Carpenter como uno de los nexos tanto con Tabacos USA como con Bebidas USA.

Estados Unidos hasta ayudó a establecer la empresa Bebidas USA –dependiente de Bebidas del Paraguay, también del Grupo Cartes– como parte de la “fachada” para la investigación. El infiltrado contó que no solo ATF investigó a Cartes sino que también lo hicieron la DEA (agencia antidrogas) y el FBI (buró de investigaciones).

En junio de 2012, Horacio Cartes había inaugurado la fábrica de Bebidas USA en Pensilvania, EE.UU., con mucha parafernalia. Cartes dijo entonces, durante la inauguración, que “esta ilusión fue posible gracias al gran empuje de jóvenes profesionales paraguayos, que aceptaron este importante desafío”. En realidad, fue la operación encubierta de ATF la que facilitó la apertura de la firma con una multimillonaria inversión, según la declaración de Jason Carpenter.

Llamativo cierre de investigación en EE.UU.

Matt Apuzzo, periodista del New York Times, conversó con ABC Color ayer. Consultado sobre por qué ATF cerró la investigación sobre Cartes, dijo que entiende que ocurrió por “cuestiones políticas”.

La operación encubierta de ATF de los EE.UU. comprobó que Tabesa envió cigarrillos de contrabando a ese país. El contacto fue hecho por los dos “informantes”.

Informes frecuentes a ATF

–Interrogador (I): Entonces, creo que estos objetivos eran personas sospechosas... 

–Jason Carpenter (JC): Había algunos que eran muy sospechosos, sí. 

–I: ¿Hizo algún contacto personal con los objetivos? 

–JC: Oh, absolutamente. 

–I: ¿Cuál sería el objetivo de un contacto personal con objetivos? 

–JC: Bueno, como mencioné, yo debía desarrollar una relación personal una vez que ellos llegaban a nuestras dependencias. Querían que compráramos sus productos, esconder sus productos, cualquiera que sean, o que los ayudáramos a manipular los informes por dinero. Una vez que un individuo o una entidad se convertía en un objetivo, yo empezaba a informar sobre estos individuos y a enviar informes a la ATF o al FBI, dependiendo del objetivo.

Infiltración le costó US$ 2.500.000 a EE.UU.

A continuación, parte de la transcripción entre el interrogador del Departamento de Justicia y Jason Carpenter, uno de los infiltrados:

–Interrogador (I): ¿Es justo decir que la empresa Tabesa era un objetivo de ATF?

–Jason Carpenter (JC): ¿Al momento de la adquisición de los bienes?

–I: Sí, señor. 

–JC: Sí. 

–I: ¿Y desde cuándo era un objetivo? 

–JC: Desde setiembre de 2008 (...)

–JC: En mi conocimiento, no sé desde cuándo se convirtieron en un objetivo. 

–I: ¿Entonces fueron un objetivo por durante al menos tres años? 

–JC: Sí. 

–I: ¿Y usted construyó una relación con Tabesa que le permitiría recibir información confidencial que eventualmente la pasaría a ATF? 

–JC: Desarrollé una relación con personas empleadas por Tabesa. Y sí, pasé esa información a la ATF. 

–I: Eso es correcto. El señor Small (Christopher, otro de los infiltrados) testificó que adquirir esa relación hizo que gasten US$ 2.500.000. 

–JC: Eso es correcto, sí. 

–I: ¿Construir una relación? 

–JC: Construir una relación es mucho más que construir una relación. La ATF junto con otras agencias querían todo el producto que llegaba de Sudamérica, Paraguay, específicamente que el producto de Tabesa esté en un sitio que ellos podían controlar. Entonces, hubo muchos gastos relacionados a esto. 

–I: Sí, incluyendo la inversión en una fábrica de agua mineral. 

–JC: Gaseosas, sí. 

–I: ¿De Paraguay? 

–JC: Sí. 

–I: Lo que era una pérdida desde el comienzo, ¿verdad? 

–JC: Eso es correcto, sí.

jcalcena@abc.com.py

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