Repliegue policial permite al EPP consolidarse

La Policía Nacional distribuyó a lo largo del país una serie de precarios puestos de vigilancia. Las subcomisarías están a cargo de 4 suboficiales, precariamente armados y mal entrenados.

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No tienen opción para enfrentar ataques del EPP. El repliegue de las subcomisarías permitirá consolidar el área de influencia del grupo terrorista ¿Venganza por decomiso de 14 “narcoavionetas”?

Las subcomisarías son pequeñas unidades de la Policía Nacional, distribuidas sobre todo en zonas remotas del interior del país.

Cuentan con una infraestructura precaria, con una construcción generalmente de madera; en ella se encuentran cuatro suboficiales que rotan los turnos de guardias.

El armamento disponible no pasa por lo general de un par de escopetas y pistolas; proyectiles no siempre están disponibles.

El nivel de entrenamiento y capacidad operativa de los efectivos de las subcomisarías es muy bajo.

Esto explica por qué son presa fácil de las emboscadas del grupo terrorista: desde su aparición, todos los ataques del EPP se dirigieron a subcomisarías.

En el esquema de seguridad pública, las subcomisarías cumplen un rol importante, pero no tienen ninguna chance cuando se habla de enfrentar un grupo bien armado, como es el caso de los terroristas del EPP.

Aunque sean precarias, las subcomisarías constituyen un elemento de control del movimiento general de personas y al convivir con los pobladores de las pequeñas comunidades se convierten en un elemento de colecta de datos para inteligencia.

No vamos a pecar de ingenuos y no admitir que también actúan muchas veces como puestos de “peaje” para la salida ilegal de madera, ganado y marihuana.

El EPP, sin embargo, es un enemigo declarado a diferencia de traficantes de marihuana que siempre dejan una “contribución” para mejorar condiciones de vida.

El repliegue de las subcomisarías es un éxito para el EPP, permitirá tener mayor libertad de movimiento y limitará el nexo policial con comunidades campesinas.

El resultado será el fortalecimiento de su presencia en zonas del Norte del país y una mayor influencia sobre sus bases sociales.

El asesinato de cinco efectivos de la Policía Nacional es un duro golpe para el Estado y un reflejo de que el EPP mantiene la iniciativa e impone la agenda al gobierno de Cartes.

La alianza del EPP con el narcotráfico es resultado de un interés común de las partes: unos necesitan dinero y otros libertad para traficar.

En la tarde de ayer llegó al aeropuerto internacional de Luque la aeronave número 14, incautadas por fuerzas antidrogas en menos de 10 días.

El golpe que recibió el narcotráfico es muy duro, como nunca antes se golpeó su logística.

Y no eran aviones ocultos en los montes de la región, estaban en el aeropuerto de Pedro Juan Caballero, a cargo de la Dinac, operando a plena luz del día.

El ataque a policías no revela la debilidad del Estado, sino la fortaleza del enemigo, el “narcoterrorismo”.

roque@abc.com.py

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