Recuerdan represión del stronismo

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Los pobladores de la compañía Simbrón del distrito de San Roque González de Santacruz, Dpto. de Paraguarí, conmemoraron los 35 años de la represión stronista contra integrantes de las Ligas Agrarias Campesinas. La dictadura de Alfredo Stroessner sembró luto y dolor en la comunidad, donde los personeros del régimen asesinaron a cinco personas en junio de 1976.

 

SIMBRÓN, San Roque González de Santa Cruz, Dpto. de Paraguarí (Aldo Lezcano, corresponsal). Las habitantes realizaron numerosos encuentros para recordar a los integrantes de las Ligas Agrarias Cristianas asesinadas en aquel junio de 1976. Los actos fueron organizados por la Fundación Familia de Nazareth, en coordinación con las víctimas de la dictadura militar del departamento de Paraguarí.

Hombres, mujeres, niños y ancianos sufrieron terribles vejámenes por integrar las Ligas Agrarias Campesinas, por ser sospechosos de ser subversivos. A los miembros de la agrupación, que buscaban una vida digna y en libertad, se los tildaba de comunistas. Con la recordación de los cinco mártires se cerró con una misa en el lugar denominado Tres Bocas, en la divisoria de las compañías Rincón (Acahay), Tobatiguá (Quiindy) y esta comunidad.

En este lugar fue asesinado salvajemente Juan de Dios Salinas, catalogado como uno de los cabecillas de las Ligas Agrarias Campesinas en la zona. Su cuerpo fue llevado por los personeros del régimen stronista y nunca fue encontrado.

Braulio Zárate, de la Fundación Familia de Nazareth, sobrino del desaparecido político Albino Vera e hijo de Aurelia Vera, una de las víctimas de la salvaje represión, señaló que la lucha de las Ligas Agrarias Campesinas era solo para mejorar la vida en la comunidad.

"Sin embargo, tras 35 años de aquella lucha tan desigual, 3 millones de compatriotas viven en pobreza y más de un millón en extremas necesidades y bajo el pesado yugo de la ignorancia", lamentó.

Destacamento

Según las referencias, después del asesinato de Juan de Dios Salinas, que se produjo el 9 de junio de 1976, su casa fue sitiada y convertida en destacamento policial y militar.

"Al lugar eran llevados los detenidos y sin interesar el sexo y la edad eran esposados y tirados como bolsas de papas en los camiones del ejército stronista para ser llevados a la Delegación de Gobierno, conocido como Pabellón de Paraguarí", relató Ambrónico Salinas.

Salinas fue apresado y torturado por ser primo de Juan de Dios.

Algunas mujeres que prefirieron el anonimato, comentaron que incluso fueron abusadas sexualmente por los soldados. Los torturadores estaban a cargo del entonces delegado de Gobierno, Braulio Machuca Vargas. Quienes tuvieron suerte volvieron después de días, meses o semanas de Paraguarí después de soportar una serie de torturas corporales y sicológicas. Otros pasaron a investigaciones o a Emboscada, a cargo de Pastor Coronel, Lucilo Benítez, y otros.

Época más difícil

Al inicios de la década del 70 empezaron las represiones en la zona de Simbrón. La época más difícil fueron los meses de mayo y junio del año 1976 cuando la represión fue insoportable. Hasta para rezar el santo rosario por el alma de los difuntos se debía contar con permiso.

Semanas antes de su asesinato, Juan de Dios Salinas se enfrentó en su casa con la tropa militar-policial stronista. Él hirió a dos y se salvó milagrosamente de una balacera. Fue a vivir a Costa Báez, Acahay, donde su amigo Albino Vera lo colocó como "cosechero carapegüeño de algodón". Según las referencias brindadas por las víctimas Ambrónico Salinas (primo de Juan de Dios) y Aurelia Vera de Zárate (hermana de Albino), una noche Juan de Dios decidió acercarse nuevamente a su domicilio para preparar su huida. Estaba en un bosque, no muy lejos de su casa cerca de la zona de Tres Bocas. La información sobre su paradero se filtró y las fuerzas militares y policiales rodearon la zona, en la noche del 9 de junio. Sin saber lo que ocurría se aproximó al lugar Albino Vera para acompañar la huida de sus amigos, entró en el círculo y fue agarrado y "molido" a palos.

Juan de Dios no aguantó los gritos desesperados del amigo y salió del bosque en su ayuda y ahí fue  rociado a balazos, muriendo en forma instantánea. Albino siguió reclamando piedad hasta su agonía.

Ambos fueron atados de pies y manos y llevados como "chanchos muertos" colgados de palos largos portados por soldados, hasta ser lanzados a un camión del destacamento.

Nunca se supo dónde fueron tirados o enterrados, se lamentaron los lugareños durante los actos de conmemoración de la terrible época.

Ambrónico recordó  las duras   torturas psicológicas a las que fue sometido y que le dejaron secuelas. Estuvo preso durante nueve meses.

Solo en   Simbrón 80 personas permanecieron detenidas y  en total  2.500 fueron apresadas por ser supuestamente  integrantes  de las Ligas Agrarias Campesinas, según relataron.

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