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El pedido de rechazo fue respaldado por el senador liberal llanista Fernando Silva Facetti, en su carácter de miembro de la Comisión de Legislación.
El parlamentario argumentó que los notarios ejercen una función pública y que, de volverse litigantes, su imparcialidad sería totalmente descartada.
Originalmente, el proyecto fue presentado en la Cámara de Senadores por Blanca Fonseca (PLRA, llanista) y Juan Darío Monges (ANR, cartista). El 5 de octubre obtuvo media sanción y fue remitido a Diputados.
El 20 de diciembre, la Cámara Baja en su revisión rechazó la propuesta con el argumento de que ambas profesiones son incompatibles, ya que los escribanos deben ser imparciales en su labor.
El texto fue devuelto al Senado donde tras varios meses de espera, recién ayer se puso a consideración y no alcanzó los 23 votos necesarios para su ratificación. Por ese motivo, el proyecto rechazado que modifica el artículo N° 97 de la Ley N° 879/1981 “Código de organización judicial” elimina el último párrafo que dice: “No podrán matricularse como abogado quienes ejercen la profesión de notario y escribano público”.
En su momento, el Colegio de Abogados también señaló que el gremio se pronunciaba en contra del proyecto de ley porque los notarios deben ser imparciales en el ejercicio de la labor.
Esta polémica propuesta legislativa se presentó en respuesta al rechazo en el Congreso Nacional, en noviembre del 2016, al proyecto de ley que buscaba “liberar” el régimen de registros notariales para ejercer la profesión del escribano, un ejercicio fuertemente regulado por el Estado con un número limitado de permisos.
En noviembre de 2016, los denominados “escribanos sin registro” también intentaron conformar un movimiento político con miras a las elecciones generales del 22 de abril de 2018. Sin embargo, el trámite quedó sin seguimiento en el Poder Legislativo.