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Pobladores de Luque comenzaron a relatar que acudieron a pedir préstamos a la familia del legislador en momentos de necesidad. Cuando tuvieron problemas para pagar, los González Daher usaron a la Fiscalía como garrote para apretarlos penalmente y en el ámbito civil arreglaban el cese de las imputaciones y amenazas de cárcel solo a cambio de la entrega de inmuebles, vehículos o negocios.
El nombre del exsenador, de su esposa, la escribana Nélida Chaves; y su cuñada, la abogada Beatriz Chaves, aparecieron vinculados a varios despojos de propiedades valiosas en diversos puntos del país. El último caso es de una estancia de 12.000 hectáreas ubicada en Alto Paraguay que fue arrebatada de las manos de una familia que la ocupó y trabajó durante medio siglo.
Extranjeros también denunciaron. El belga Marc Didier, el español Angel Aja, quien relató que vino a Paraguay para poner una industria en La Colmena, sin embargo, fue despojado de todas sus máquinas. Indicó que supo después que detrás de todo estaba “un tal Óscar González Daher”.