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Relató que pudo constatar que las fuerzas públicas brindan seguridad perimetral, pero que internamente, el control y manejo en los pabellones está en su totalidad a cargo de uno o algunos presos. Estos son los encargados de organizar a los demás reclusos y las actividades. Las otras áreas denominadas pasillos no tienen ese tipo de organización, por lo que los reos allí son considerados pasilleros y viven en una situación paupérrima, comen lo que consiguen y duermen en el suelo sobre apenas una sábana. Expresó que uno de los privados de su libertad le comentó que para acceder a los pabellones y tener una reclusión al menos cómoda, se abona entre G. 300.000 a G. 500.000 por mes. Todo esto bajo la complicidad de guardiacárceles, sostuvo.