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El pasado domingo, Horacio Cartes, del Partido Colorado; Efraín Alegre, de la Alianza, Mario Ferreiro, de Avanza País; y Miguel Carrizosa, del Partido Patria Querida, participaron de un mal llamado debate organizado por el Centro de Regulación, Normas y Estudios de la Comunicación (Cerneco) y la Organización no gubernamental Desarrollo en Democracia (Dende). El evento se desarrolló en el salón-teatro del Banco Central.
Lo que se anunció como un debate entre presidenciables terminó siendo una aburrida y superficial exposición de los candidatos, sobre temas cuya importancia fue definida por los organizadores.
Algunos puntos sobre los cuales fueron requeridos los presidenciables fueron el manejo del Presupuesto General de la Nación, Reforma Constitucional, alianza público privada, descentralización, gobernabilidad y seguridad.
Cada presidenciable escuchaba las preguntas –a las que habría accedido de antemano– y tenía un minuto y medio para responderla. Cuando uno terminaba de recitar más o menos su visión política o económica, continuaba el otro. El “moderador”, Cristian Nielsen, solo se limitó a pronunciar la palabra ‘tiempo’ cada vez que se cumplía el plazo.
El único periodista en el recinto fue justamente Nielsen, pues a ningún comunicador, pese a haber cumplido los requisitos para la acreditación, se le permitió el ingreso al salón-teatro.
Antes del inicio del evento, los periodistas intentaron ingresar a la sala y se acercaron a la puerta de entrada, pero fueron invitados “amablemente” a ocupar las mesas instaladas en la antesala para la prensa.
“Solo fotógrafos y camarógrafos podrán entrar, y tendrán tiempo hasta diez minutos antes del inicio, para hacer las tomas”, explicó una integrante de la organización.
En la antesala fueron ubicadas mesas largas con sillas, una pequeña pantalla de televisión y un altavoz que, así como la energía eléctrica, comenzó a fallar apenas iniciado el evento. Los organizadores hasta tuvieron cuidado de que los periodistas no tuvieran un solo contacto con los presidenciables. Los cuatro ingresaron al teatro por una puerta lateral, y tres de ellos se volvieron a retirar por ese lugar. El único que se acercó fue Mario Ferreiro.
¿Un debate a medida?
Existe una fuerte versión no confirmada de que el “debate” organizado por Cerneco y Dende se hizo a medida de los candidatos, quienes de boca para afuera aseguran que no tienen problemas en debatir, pero en realidad se negarían rotundamente a verse cara a cara, hacerse cuestionamientos personales o profesionales y despejar dudas sobre sus propuestas de gobierno.
Con un evento similar al realizado el domingo, se “tapa la boca” a la gente que cuestiona, y los presidenciables “zafan” del aprieto. Esto se explicaría con la también versión de que tanto las preguntas como las repreguntas fueron entregadas con mucha antelación a los presidenciables.
nespinola@abc.com.py