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Como si faltaran comisiones asesoras en la Cámara de Diputados, Portillo propone crear otra comisión más de las 31 que actualmente existen. Todas cuentan con toda una estructura que tienen directores que ganan en promedio G. 10.300.000, jefes de departamentos asesores y funcionarios.
Portillo, quien afronta un proceso por supuesto tráfico de influencias, reflotó un proyecto de modificación del reglamento interno de la Cámara que ya había sido presentado en el periodo pasado por el exdiputado Héctor Lesme (PLRA) y había sido rechazado por la Comisión de Peticiones.
Según la exposición de motivos del proyecto, el objeto principal de la comisión es equilibrar la relación entre el usuario, el consumidor y la competencia, dentro de un régimen de competencia honesta y legal.
El diputado liberal preside la Comisión de Defensa de los Derechos de las Personas con Discapacidad, que fue creada en el periodo pasado, pero constituida con la presidencia de Portillo.
Según datos extraoficiales, la referida comisión asesora que apenas fue integrada en julio de este año cuenta con 16 funcionarios, entre ellos una directora, una jefa de comisión, asesores y funcionarios, que en su mayoría responden políticamente al diputado esteño.
El séquito de funcionarios desde julio hasta ahora tuvo a su cargo apenas cuatro proyectos de ley, de los cuales solo tres de ellos fueron dictaminados. Cerrarán el periodo de sesiones que concluye el 21 de diciembre sin dictaminar el único proyecto en carpeta.
Portillo utiliza su presidencia para hacer asistencialismo, ya que se dedica a entregar sillas de ruedas a personas adultas y niños junto a su eterno aliado político Rodrigo Blanco.
Las comisiones de Presupuesto, Constitucionales, Legislación son las que mayor cantidad de proyectos de ley tienen a su cargo. Los diputados se resisten a fusionar las comisiones.
El diputado Portillo goza de mucho poder político en la Cámara de Diputados. Su voto a la hora de definir la presidencia de Miguel Cuevas (ANR, Añetete) fue clave ante un ajustado resultado que obtuvo ante los cartistas y sus aliados.
Portillo se despide del año zafando de un pedido de pérdida de investidura por la causa de supuesto tráfico de influencias, logrando que Cuevas designe a su hermana Celia como Coordinadora de Bienestar Social y que el pleno apruebe declarar patrimonio tradicional y cultural del Paraguay a la jineteada.