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Indicó que “allá por el 2012”, cuando su hermano aún era presidente de la República, se enteró de que alguien en Alto Paraná decía que le financiaba su campaña política. Por ese motivo, solicitó datos a la fiscalía y la policía sobre quién era esta persona que lo acusaba y le dijeron que se trataba de un conocido contrabandista de aparatos informáticos y electrónicos. Le dijeron también que no había ninguna investigación sobre él (Pompeyo).
Señaló que, semanas después, vehículos policiales se estacionaron frente a su casa y bajaron a De Souza “para que lo conociera”. Pompeyo dijo que, en esa ocasión, conversó con él y le preguntó si lo conocía y si alguna vez le pasó dinero, lo cual, según dijo, el narco negó.
Apuntó que en ese entonces le dio lástima, ya que “se notaba muy nervioso y alterado, como si estuviera bajo efecto de alguna droga”. Pompeyo dijo que cuando leyó la publicación de que De Souza volvió a decir que le pagaba, se preguntó qué podía hacer, si demandarlo por difamación y calumnia y concluyó que no valía la pena. Afirmó que lo dicho por esta persona es falso y que esta cuestión se produce en el marco de una gran disputa por el poder.