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Ni bien aparecieron dos de los disidentes, el stronista Manuel Modesto Esquivel y Del Rosario Riveros (Ña Deló) frente a la Junta de Gobierno, se desató la inesperada movilización policial “preventiva”, según explicó un oficial responsable.
La calle 25 de Mayo ya estaba cerrada por un pelotón de uniformados, pero cuando aparecieron los citados dirigentes, quienes ni siquiera pudieron realizar su anunciado acto de protesta, vino un numeroso refuerzo. Además de los policías que cerraron la citada calle, y los que estaban en las esquinas, había 30 uniformados en el portón de la Junta, más un vehículo lleno de antimotines.
“Ni siquiera durante el stronismo se ultrajó así la Junta de Gobierno. Es una vergüenza que la Casa de los Colorados esté sitiada así por orden de un ministro del Interior liberal (Francisco de Vargas), y es una bofetada al pueblo colorado que se sacrificó para que el partido vuelva al Gobierno, porque no está en el poder”, dijo Esquivel. Ante la indicación de que en la crisis colorada de agosto de 1987 también se sitió la Junta, Esquivel adujo que cuando eso había gente.
Tanto Esquivel como Ña Deló aseguraron que muchos colorados quisieron participar del acto de protesta, pero que al llegar al lugar y ver semejante despliegue policial optaron por pasar de largo.
“El acto de Calé”
Esquivel insistía en que el Partido Colorado no está en el poder y que la celebración que se realizó frente al Parlamento “es el acto de Calé”. Dijo que estaba seguro de que más de la mitad de los colorados que fueron al acto oficial están de acuerdo con los motivos de la protesta frente a la Junta. Esquivel y otros dirigentes sostienen que el Gobierno del presidente Cartes ignora a los dirigentes de base colorada y prefiere inclusive en el gabinete ministerial a personas de otros partidos.
Finalmente, el exjerarca stronista anunció que comenzarán a recorrer las bases coloradas y explicar los fundamentos de su crítica.