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La Cámara Alta incluyó ayer en el orden del día de su sesión del próximo 16 de octubre el estudio del proyecto de ley de modificación de la Ley 216/93 de Organización General de las Fuerzas Armadas. Fue a pedido del senador oviedista José Manuel Bóbeda, quien solicitó como moción de preferencia el tratamiento del tema en la siguiente reunión plenaria.
El parlamentario hizo el pedido a nombre de la comisión de Asuntos Constitucionales, Defensa Nacional y Fuerza Pública, instancia del Senado que dictaminó a favor del proyecto.
La propuesta legislativa, remitida en febrero pasado por el Poder Ejecutivo, plantea la reforma de las Fuerzas Armadas, un cambio que se viene prometiendo por lo menos en los dos últimos sucesivos gobiernos.
La inclusión del ministro de Defensa en la cadena de mando militar, una de las innovaciones que propone el proyecto, es uno de los puntos contradictores. Varios oficiales generales retirados rechazan esta novedad en la estructura castrense con el argumento de que la institución podría volver a partidizarse, como en la época de la dictadura stronista, al tener en su conducción a un político. Hablan también de su inconstitucionalidad.
El ministro de Defensa, Gral. de Ejército (sr) Bernardino Soto Estigarribia, había respondido que esa visión responde a un “pensamiento retrógrado” y que no concuerda con las avances institucionales actuales en el país. Dijo que si un ministro de Defensa puede partidizar las Fuerzas Armadas al estar en la cadena de mando, el presidente de la República también podría sectarizarlas al ser nada menos que su comandante en jefe.
En cuanto a la modificación de la estructura castrense, el proyecto propone la eliminación de los tres grandes cuerpos de Ejército, a ser reemplazados por dos divisiones, una en la región Oriental y otra en la Occidental. Estas a su vez serán integradas por brigadas. También el proyecto suprime el Comando Logístico. Cada fuerza singular (Ejército, Armada, Aviación) se ocupará de su logística.
Con la desaparición de los cuerpos de Ejército y la creación de dos comandos generales de operaciones, una en la Armada y otra en la Aviación, el proyecto pretende achicar las Fuerzas Armadas. Los comandos generales tendrían el control de las diversas unidades que tienen actualmente tanto la Armada como la Fuerza Aérea Paraguaya (FAP).