Placas conmemorativas, en obras menores e inconclusas

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La práctica de la dictadura stronista de colocar placas a cualquier obra que se inaugure es revivida por el presidente del Senado, Jorge Oviedo Matto (Unace), aunque en forma exagerada. Hizo poner una por la simple ampliación de oficinas administrativas y otra, a una obra inconclusa.

Faltan unos siete meses para que se inaugure la Biblioteca y Archivo Central del Congreso Nacional cuya construcción se inició en enero de este año, pero, por las dudas, el presidente del Senado, Oviedo Matto, ya previó que su nombre quede asociado a la obra “para la posteridad”. A la entrada misma del lugar de las obras, en medio de pedazos de hormigón armado, arena y ladrillos, emerge la placa que conmemora la obra con el nombre del senador de Unace en letras más grandes.

La placa (no la obra, aún) fue “inaugurada” el mismo día que se dio “la palada inicial”. La terminación de la obra, que tendrá unos 6.000 metros cuadrados y costará unos G. 21.000 millones (alrededor de US$ 4.700.000), que saldrán del presupuesto general de gastos, está prevista para junio de 2013.

El terreno donde se construye la obra era propiedad municipal y fue adquirida por el Congreso a un costo del G. 1.500 millones. Está ubicada casi frente a la sede legislativa a una cuadra de la avenida República y la calle 15 de agosto, hacia el río.

Normalmente, la placa conmemorativa de una obra es lo último que se coloca en una construcción pero, en este caso, si por alguna razón no se concluye durante su mandato, el nombre que figurará es el de Oviedo Matto, a menos que, si a otro le toca “cortar la cinta”, la saque y ponga una con su nombre.

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Recuerdos de oficina

El 30 de junio de este año se habilitaron nuevas oficinas administrativas del Senado, en un lugar de la sede donde antes había patios internos para ventilación. En la ceremonia de inauguración, Oviedo Matto y Alfredo Jaeggli (PLRA), presidente y vicepresidente, descubrieron una enorme placa erigida sobre una altura, que se hizo especialmente para colocar el nombre del senador oviedista.

Curiosamente, no hay una placa en ninguna parte del edificio que destaque, en forma particular, al presidente del Senado que inauguró la sede legislativa construida con US$ 20 millones donados por el gobierno de la República China en Taiwán.

En 2003, el senador Galaverna (ANR) hizo colocar una placa con su nombre y la inauguró con sus hijos.

Pero, el siguiente presidente del Senado, Miguel Abdón Saguier, la hizo retirar y colocó otra en la que figuraban todos los parlamentarios del periodo, en un gesto que fue aplaudido por sus colegas.

Reminiscencia autoritaria

Durante el régimen de Alfredo Stroessner (1954/89) era costumbre que las rutas, empedrados, puestos de salud o cualquier cosa construida con el dinero público debía llevar un enorme cartel, primero y una placa, después que avisara a todos que era “una obra más del gobierno colorado de Stroessner”. Muchas de esas placas quedaron, a pesar de que algunas organizaciones ciudadanas han propuesto quitarlas para no homenajear a un régimen autoritario y opresor. El dictador llegó hasta a tener una estatua en el cerro Lambaré, luego removida.