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PILAR (Clide Noemí Martínez, corresponsal). Ciudadanos por la Vida y otras organizaciones sociales de Pilar participarán el 7 de marzo de un acto de protesta a partir de las 10:00, frente al Panteón de los Héroes de Asunción.
En la movilización expresarán su total rechazo a la planta nuclear Carem, que el Gobierno argentino instalará en Formosa. También ratificarán el malestar ciudadano por la claudicante actitud del canciller paraguayo Eladio Loizaga que está lejos de defender a la ciudadanía ante la amenaza del experimento atómico del gobierno de Cristina Fernández.
Los pilarenses vienen expresando su disgusto y advirtiendo sobre la amenaza nuclear desde hace aproximadamente cinco años, sin que el Gobierno se inmute por la situación.
Ludmila Riveros de Sánchez, de la organización, manifestó que los integrantes de “Ciudadanos por la vida” entendieron que ya es momento de llegar con las protestas a Asunción, que es el centro del poder y las decisiones. Afirmó que las multitudinarias manifestaciones realizadas en Pilar lograron que el tema se instale en la prensa, pero ya es tiempo de sensibilizar a los principales exponentes del Gobierno de la necesidad de defender nuestra soberanía y la vida de los paraguayos.
Indicó que las denuncias de los pilarenses se han confirmado plenamente con el reciente anuncio de la presidenta de la Argentina y ya no se justifica la tibieza de la Cancillería nacional, ante los intentos de los diplomáticos del país vecino de disfrazar con el argumento de una industria química, la instalación del reactor nuclear Carem y la procesadora de Dióxido de Uranio Dioxitek. Recordó que esta última había sido expulsada de Córdoba por ser altamente contaminante y el único gobierno provincial que la aceptó fue el de Gildo Insfrán de Formosa.
Resaltó que el caso del reactor es aún más grave, ya que en el caso de registrarse algún accidente en la planta nuclear que los argentinos experimentarán en la frontera, todo el territorio paraguayo se verá afectado.
Indicó que tras la entrada en funcionamiento, los cursos de agua serán los primeros en sufrir las consecuencias de la contaminación y será sumamente peligroso beber el agua o consumir los peces capturados en la zona.
“El perjuicio económico y los daños para la salud de la gente serán terribles”, expresó la dirigente social.