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Les pidió a los jóvenes indígenas que no olviden de que necesitan sobrevivir porque tienen mucho que aportar a la sociedad por su experiencia de respeto a la vida, a la naturaleza, su fe en Dios y su convivencia fraterna.
También invitó a los gobernantes y a toda la ciudadanía a asumir la realidad de que “somos una sociedad de muchas culturas y etnias diferentes, como los pueblos indígenas. Antes de ser un estorbo, los aborígenes quieren ser una riqueza para todos”, enfatizó.
Finalmente, Mons. Alfert invitó a todos a aprender del ejemplo de los pueblos indígenas, de su profundo conocimiento del hábitat, su capacidad de hacer alianzas y de su solidaridad, su fidelidad en la lucha por las reivindicaciones territoriales, su resistencia, su fe, su religiosidad y su profundo conocimiento de Dios.