Cargando...
Los trabajadores consideran que, si los policías levantan el campamento montado en la estancia y dejan de realizar patrullajes en el establecimiento, se quedarán a merced de la banda criminal, y se verán obligados a abandonar sus puestos de trabajos, conforme nos explicaron.
Igual situación se da en la estancia Paso Itá, donde el 31 de mayo pasado asesinaron a Lindstron. Nuestras fuentes aseguran que los trabajadores se quedan allí únicamente con presencia policial y que, de lo contrario, advierten que dejarán de trabajar en el establecimiento.
Esto obliga a los uniformados a formar dos grupos, con presencia activa y constante en ambas haciendas.
También otras 5 familias del distrito de Tacuatí cuentan con resguardo policial, por lo que la comisaría local precisa de más uniformados, ya que apenas cuentan con 20 personales, y mientras se da protección a las 2 estancias, más a las 5 familias, unas 17.500 habitantes del municipio están abandonados a su suerte.