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El congresista dijo que venía exigiendo la llave del despacho desde hace días, pero los encargados no accedían porque la oficina se encuentra en refracciones, dentro de la zona incendiada del Congreso.
Irónicamente, el legislador es uno de los imputados por los sucesos del 31 de marzo de 2017.
Cuestionado por su actuación, cuando le consultaron quién costearía por la reparación, dijo que asumirá el costo del daño y que incluso ya hizo un préstamo para poder solventar todos los gastos de refacción de su despacho, porque no quiere esperar y necesita dónde recibir a los ciudadanos que lo visitan. Señaló que la empresa aseguradora que está a cargo de las obras es una firma irresponsable que tampoco termina de reparar la Terminal de Buses de Asunción.
“Conmigo van a haber nuevas reglas y no voy a entrar en esta burocracia de los lameculos, incluidos muchos periodistas. No jodan conmigo”, dijo en tono amenazante a los trabajadores de prensa.